lunes, 1 de noviembre de 2010

EL ALMA DE NÍJAR

Níjar no es un espejismo, es una realidad patente que conserva la auténtica tradición almeriense en sus casas y calles. Sin embargo aunque sea reflejo del pasado se proyecta hacia el futuro, expresando su voz secular como forma de vivir más humana.

Su historia gira en torno a la Glorieta, plaza presidida por la iglesia, mole robusta de historias aprehendidas en sus muros, en eterno diálogo con el Ayuntamiento. Este espacio acoge el alma del lugar.

El pueblo desciende desde el cerro de la Atalaya hasta el llano, vertebrado por el paseo, espejismo según Goytisolo, pero signo de modernidad y deseo de triunfo y liberación sobre el abatimiento y miserias del pasado. Ojos ajenos no comprenden la verdadera faz de esta tierra.

Níjar ha superado los tópicos expresados en obras literarias, basadas en realidades ficticias distintas a la verdadera imagen que el pueblo proyecta.

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