domingo, 3 de noviembre de 2024

SOLO ES UNA LEYENDA

 


UNA NOCHE PARA OLVIDAR


Un escritor madrileño, a finales del siglo XIX, tuvo noticias del cerro Merlin, interesándose por las leyendas que lo rodeaban. En sus frecuentes viajes a Sevilla, se desvió para acercarse a la Villa de Arquillos.
Era una noche triste de noviembre, húmeda, silenciosa. Nadie del pueblo conocía las leyendas que él refería, pues era lógico, sus habitantes, en su mayoría, eran descendientes de colonizadores alemanes llegados a Sierra Morena, casi cien años antes. Aburrido ante el tedio reinante el casino, donde en las altas horas de la madrugada los contertulios pasaban sus noches jugando a los naipes, o cuchicheando el último rumor del pueblo, decidió salir y dar un paseo por la población. Las calles estaban casi en la oscuridad, tenues lámparas servían de guía, imaginando en las sombras seres fantásticos o peligros físicos reales. Mas nada le perturbó en su paseo por la calle principal, pasó ante la Torre del Reloj, en medio de una plaza desierta, llegando hasta las afueras, donde había una fuente con tres caños. Todo era sopor, abandono y olvido, oscuridad y soledad. Le llamó la atención unas luces que pasaban por la parte superior de la fuente, dirigida hacia la parte alta del pueblo, quedó extrañado ante tal visión. Según se acercaba la comitiva, contempló que los procesionantes vestían hábitos. Quedó sobresaltado, pues estaba contemplando la Santa Compaña. Huyó despavorido, yendo a refugiarse de nuevo al Casino, lugar donde se hospedaba. Al relatar su visión, un paisano, llamado D. Ignacio, le dijo que sí pudiera ser lo que había visto, pues eran muchos los vecinos que así lo confirmaban. Al día siguiente tomó la diligencia y marchó hacia Sevilla, quiso olvidarse de la mala experiencia de aquella noche.











No hay comentarios:

Publicar un comentario