SOBRE LA OBRA DE OMAR QUESADA
Cuba en sí
encierra un impresionante fondo de inteligencia artística, en sus
gentes y cultura, imaginación desbordante que rompe los esquemas de
la creación plástica reglada. Hay artistas de inspiración abierta,
amplia y luminosa, que exploran todos los confines al alcance de su
imaginación, siendo las obras mostradas exuberantes, intensas, y de
poderosa visualización.
Omar Quesada
Ortega es un creador plástico autodidacta, de larga trayectoria
empeñada en el trabajo artístico, sea con sus esculturas o
plasmando sus ideas en el lienzo. Sus piezas escultóricas están
impregnadas de un total desasosiego en su contemplación, pues
superan las posibilidades de las formas, muestran siempre una
rotundidad poderosa, generando un estado reflexivo sobre la relación
entre la persona y la técnica. Las piezas del trabajo industrial,
realidad siempre presente, son elevadas a figuras expositivas,
apareciendo en sus instalaciones no de forma pasiva, sino en acción
constante, energía liberada y transformadora, mutación de la
materia desde la mente humana, mas a la vez sugieren estremecimiento
ante su magnitud, pues absorben al individuo, en su flujo
convergente, hacia la acción devoradora de la Gran Máquina
disociativa. En estas piezas el trabajo es mostrado como
transformador, energía de la Comunidad, acompañado de un
pensamiento que tiende a imponer límites a su poder, pues las ideas
no deben supeditarse a su dictado.
En la obra
pictórica de Omar Quesada Ortega, se propone un conjunto de
acrílicos, sobre lienzo, en la que combina el colorido exultante del
trópico, rota su configuración hacia fluidos evanescentes de tonos
suaves, ingrávidos, anclados en aquellos de mayor peso y pasión,
con las piezas en las que traslada su discurso expositivo
tridimensional. Es en éstas últimas, donde introduce una honda
reflexión sobre la materia, su alteración y el fondo vacío que
aguarda. Pues la acción sin sentido doblega a la persona, la sujeta
a ella, cuando debería ser un medio para mejorarla. El tiempo impone
su fuerza en los óxidos representados, las telarañas, los
claroscuros que incorpora, presentando la futilidad de los días,
pues el tiempo todo lo desvanecerá. Imprime en sus piezas una
metafísica del trabajo y los días, el creador y su obra, siendo su
voluntad, e instinto, la huella que permanecerá en el ambiente que
acoge sus producciones.
Omar Quesada
Ortega siempre nos enseña una excelente técnica y calidad
artística.
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