UNA
COMBINACIÓN FELIZ
Autor:
Eugenio Ocaña. Título: Au plein air y una siesta. Lugar: Sala Ático
del Palacio de los Condes de Gabia. Fecha: Hasta el 15 de noviembre.
He
de reconocer que el montaje de esta instalación posee un excelente
acabado, por la inteligencia en su configuración, y la idea que
sugiere al visitante, creando una sinergia que potencia la valía de
las obras expuestas. Eugenio Ocaña ofrece una variada producción
plástica, numerosa en piezas, abierta a técnicas de representación
de la imagen. Acuarelas, óleos, diseño digital y videocreación se
aúnan para describir el cosmos creado por el artista, lleno de
lirismo y descubrimiento. Eugenio Ocaña detiene la mirada en los
momentos perdidos, en la simplicidad cotidiana que pasa
desapercibida, exprimiendo el significado de la imagen. Es una
interacción entre la percepción del pintor y el objeto observado,
de cuya relación se inunda la pieza de plenitud de vida, de gozo
interior, describiendo en su obra las sensaciones desbordadas prestas
a empapar al espectador. Pero este efecto se produce de forma serena,
silente, acariciante casi, en una comunicación plácida que es
compartida por quien está ante su trabajo artístico.
La
propuesta surgida de estilos dispares posee ritmo propio, originando
un diálogo entre las diferentes maneras de elaboración plástica,
reflexionando sobre la validez de las formas distintas de representar
la idea del pintor, resaltando que solo consigue un resultado feliz
la sensibilidad, habilidad e intuición de éste. Fluye en la Sala un
cántico a la libertad del individuo, en su espacio íntimo, o cuando
está inmerso en una Naturaleza susurrante, limpia, luminosa y
opuesta a la atadura de una sociedad asfixiante. Reclama la
importancia del yo.
Las
piezas creadas con un ipad, poseen una belleza melancólica,
representando momentos adormecidos, soledades del individuo que busca
la poesía en los rincones invisibles al devenir diario de la
existencia. Añade óleos de trazos amplios, rotundos, impresos con
energía, vitalidad, afirmación alegre de la intención de abrazar
la Naturaleza, reflejando imágenes sometidas a la impronta de la
fuerza cromática.
Las
acuarelas son más ligeras, evanescentes, recordándome a pinturas
japonesas, pero más amplias en la extensión del color, coincidiendo
con ésta en la fugacidad evanescente de la composición.
Es
una muestra ajustada en la técnica y elaboración plástica, que se
supera gracias al oficio experimentado del pintor, y al montaje que
dota de valor añadido a la exposición.
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