lunes, 26 de agosto de 2019

ALEJANDRO HERMANN EXPONE EN IBIZA


ENTRE BRUMAS DE COLORES

Autor: Alejandro Hermann. Lugar:Hotel The New Algarb, Ibiza. Fecha:Hasta el 27 de octubre.

El pintor crea sin cesar, usando las distintas posibilidades de expresión gráfica, plasmando con el trazo, y el color, la realidad sensible que percibe.  Alejandro Hermann es un artista de amplia experiencia, que profundiza en la esencia de la imagen, tras el resplandor que mueve el ánima del ser humano. Su técnica es precisa en el dibujo, exacto, limpio, descarnadamente veraz, pero cuando trabaja con los colores se sumerge en el abismo de la energía que envuelve el mundo sentido, fluyendo entre sus veladuras, salvando las cascadas de tonalidades grávidas, para flotar sobre las etereidades de gamas cálidas, de superficie visual accidentada, sobre las que posiciona a sus personajes. Éstos simulan ser los actores principales en cada pieza, mas su papel consiste en recitar la idea primera de la composición, apareciendo como lectura oculta el trasfondo del cuadro, imprecisión, misterio, eternidad, azar cambiante que rige el destino caprichoso de sus personajes.
Presenta en esta ocasión un conjunto de obras correspondientes a los que el artista ha denominado Figuraciones y Arte callejero. Ambas coinciden en la sustancia común que define la trayectoria pictórica de Alejandro Hermann. Sus retratos poseen un gran realismo, moldea con su trazo los contornos de los rostros, pero esta perfección sola crearía piezas de imágenes exactas, frías y asépticas, sin pulso vital. Y él les concede la oportunidad de existencia propia, gracias a su mirada, al brillo de sus ojos, profundo y enigmático, que en su retina refleja el compendio de experiencias pasadas. Son seres misteriosos, solitarios, envueltos en sus circunstancias, perdidos en el espacio infinito del fondo del cuadro.
En el arte callejero vuelve su atención a la creación auténtica, que nace de la cultura popular, ajena a los academicismos y sesudos conceptos agotados, reflejando frescura, dinamismo, ansia de vida, en escenarios alejados de las existencias acomodadas. Rescata el arte urbano, donde la representación guarda magia y belleza, pero también transcribe deseos perdidos, frustraciones de los iconos allí presentes, desvanecidos por el tiempo, emergiendo siempre la inocencia, y la vida, en un ambiente proceloso.
Alejandro Hermann conjuga en su instalación la realidad social presente, la alegría de vivir, la soledad, la búsqueda incesante en un páramo sin horizonte, sometido a un cosmos cromático que lo cubre como una bruma, donde solo la mirada inocente y la fuerza de la vida son capaces de resistir.
El autor, usando diferentes estilos de expresión, consigue elaborar un trabajo de alta calidad artística, siempre elegante, y original en su presentación.




























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