JUAN GENOVÉS, NO ES TIEMPO DE
INTIMIDAD
Hace
unos días falleció, a los 89 años, el pintor valenciano Juan
Genovés. Su trayectoria plástica fue larga y variada, rica en
experiencias expositivas, ahondando en la expresión de la imagen en
su precisión más concisa, para que el mensaje contenido en ella
fuera intuido, y transformado, en ideas compartidas. Es constante en
su obra el estudio de las aglomeraciones humanas, sin abandonar la
perspectiva original que rigió siempre toda su trayectoria
artística. Persistió el autor en la forma de abordar la escena en
el cuadro, insistiendo en la relación de las personas, la disolución
del individuo en el impulso ideológico que mueve a la sociedad, la
futilidad y variabilidad de los encuentros personales, reflejando en
sus piezas los movimientos sociales que bailan al son del dictado
político. Considerado un clásico de la vanguardia española de la
segunda mitad del siglo veinte, no se encasilló en su trabajo
expresivo, y exploró las diversas posibilidades, como diferentes
soportes, de expresión plástica, sin abandonar del todo la idea
original que sostuvo su obra, jugando con la creación digital. Con
el tiempo las masas humanas se fueron ordenando, conformando
agrupaciones, que recordaban eslóganes en forma de partitura
musical, que danzan al son de la batuta de quien los dirige. El
adocenamiento incontrolado inicial fue transformándose, en las
últimas producciones de Juan Genovés, en orden, cuando el individuo
somete su yo al interés general de forma progresiva, más con el
tiempo el yo no se disuelve, sino que resiste y se distingue, en su
soledad formal, aunque esté rodeado de otros individuos. No es
tiempo de intimidad, pero sin embargo la persona continúa marcando
su territorio personal, parece decirnos. Es por ello que Juan Genovés
incorporó mayor cromatismo a las manchas que se representan como
individuos, ganando en características y detalles. Este creador
valenciano desarrolló su producción plástica sin abandonar su
estilo personal, fiel a la idea primera. En sus últimas piezas
denunciaba el peligro del control social, ganando peso la
personalidad del individuo, mas éste permanece aislado, pues la
relación directa, interpersonal, fundada en una estructura de
colaboración tolerante con las libertad, y singularidades
personales, no existe. Juan Genovés desarrolló una obra
permanentemente fresca, de fácil lectura, visualización dinámica,
nervio en la mirada, sin desistir nunca en su crítica permanente de
la realidad imperante.
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