lunes, 20 de julio de 2020

LA PINTURA DE EDUARDO SÁNCHEZ MARTÍNEZ

EL PINTOR DE CANTORIA

Fuerza, impacto visual y evocaciones, están presentes en la obra de Eduardo Sánchez Martínez, pintor nacido en Cantoria. Este artista vive enfrascado en su obra, trabajando en la búsqueda de una expresión sencilla en su contemplación, portadora de un cúmulo de sensaciones prestas a desbordarse.
Eduardo Sánchez posee una producción plástica de resultado conciso, libre de aderezos innecesarios, pues conecta con la raíz del entendimiento del observador. Su elaboración constituye un proceso tortuoso, lleno de horas de trabajo silencioso, dura experiencia donde el artista sufre en el desarrollo de su creación. Va depositando signos de vida en cada uno de los puntos que añade en el blanco del lienzo, o papel, despejando del albor de la superficie condensaciones de grises o zonas de motas diluidas, esculpiendo las formas en el fondo del lienzo. Su actividad creativa es constante, rutinaria, envuelta en la bruma de los días que se van agolpando silenciosos en el pasado, en el transcurrir de las horas de la luz.
Este pintor puntillista va dejando parte de su vitalidad en cada rasgo que arranca al blanco del cuadro, consiguiendo que sus piezas tiemblen en la mirada, sobre todo si se trata de retratos, cuya expresión infinita abre caminos para adentrarse en sus pupilas, navegar en las historias y fantasías que suscitan las evocaciones de los rostros, y figuras, contenidos en cada pieza. Como buen pintor de Almería se siente atrapado por la singularidad de su paisaje, recreándose en los rincones que guarda el Valle del Almanzora, sus montes pelados, como también los oasis encerrados en sus ramblas, ricos y exuberantes, refugio donde encontrar el frescor y anhelo del paraíso perdido. No ofrece estas expresiones formas preciosistas, ni están tocadas de algún suspiro lírico, sino que muestra sus escenas con reciedumbre, independientes de la opinión apreciativa para ser, pues existen porque sí, debido a la fuerza inferida por el autor. A veces sus dibujos son casi esquemas que definen el medio, siendo la persona, el animal o vegetación, el único merecedor de ser presentado con sus detalles, destellos de su historia presente, deshaciéndose la imagen según se traslada la mirada hacia la periferia, donde el fulgor de la luz lo envuelve todo.
Es parco en el uso del color, y cuando lo utiliza es para relatar el detalle, o dar forma nebulosa al espíritu, o sentimientos, presentes en el entorno. Usa un cromatismo equilibrado, sin intensidades ni grandes contrastes, aportando elegancia a su obra.
 
 
 

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