lunes, 6 de julio de 2020

RECORDANDO A LUIS CAÑADAS

LA LUZ EN LA OBRA DE LUIS CAÑADAS

Autor: Luis Cañadas Fernández. Título: Obras de Luis Cañadas. Lugar: Galería Acanto. Fecha: Hasta el 19 de septiembre.

La obra de este pintor se caracteriza por la sólida sustancia del color aplicado y la rotundidad de su dibujo, el cual se diluye por la impronta de los tonos utilizados. Éstos configuran un relato estético que provoca claridades en la mirada, modulando el sentimiento que se va suscitando en el desarrollo de su visualización.
Luis Cañadas Fernández (Almería,1928-2013) formó parte del grupo fundador del movimiento indaliano, propuesta original, distinta y renovadora, que exploró el sentido de la existencia, siendo atrapados en su proceso de creación plástica por la fuerza del paisaje, sus gamas ocres, verdosas y marrones, el influjo del azul de su cielo y mar, bajo el imperio de la luz. Esta mezcla de sensaciones modificaron la base geométrica inicial de sus composiciones, para reflejar el espíritu del color luminoso y el trasfondo de la realidad dominante.
En la obra de Luis Cañadas de su última época, comprendida en la muestra aquí comentada, se observa una suavización cromática, una introspección de los temas, centrando la mirada en la privacidad de la persona, expuesta en las piezas donde el artista se recrea en los interiores, en los vacíos que sugerían ausencias, tiempo que transcurre en silencio, explicando la personalidad de sus habitantes, aunque siempre los paisajes ocupan un lugar preferente. En estas obras se contempla una mayor intensidad del color, apareciendo campos percibidos como manchas cromáticas, logrando el autor atravesar la apariencia de las formas para entender el lenguaje de la luz, que define los espacios por donde transcurre. No se recrea en los campos secos, ni en los pueblos de estructura geométrica sucumbida en los blancos azulados. Presenta en sus últimos paisajes un campo distinto, con capas de vegetación, arboledas que rememoran el encuentro con el mundo de la fantasía, mas superpone estas imágenes en los espacios agrestes del pasado. Luis Cañadas abandona en éstos el soporte geométrico de su pintura, para componer estructuras de manchas combinadas, cuyo resultado visual ofrece nuevas perspectivas para comprenderlo. En estas piezas no es el paisaje quien se presenta, y explica, ante el observador, como tampoco quiere entablar un diálogo entre ambos, sino que se propone como un escenario donde el espectador se hunde en las sombras que la realidad oculta.
Acompañan este conjunto de óleos, una serie de acuarelas de gran sencillez y sutileza creativa, donde el autor aligera el dibujo, y su paleta, para mostrar una mirada intimista.
 
 

 


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