EL
FUTURO EN CINCO LIBROS
Las
literatura de ciencia ficción, escritas en el siglo pasado,
centraban muchas su argumento en la sociedad futura, que el
desarrollo social impuesto por la revolución técnico industrial
hacía suponer.
Mientras
en el primer tercio del siglo xx casi todas las historias veían con
esperanza y optimismo el mañana venidero, se fue truncando esa
alegría por el porvenir.
En
la película “Tiempos Modernos”, ya Chaplin lo empezó a intuir,
pero alcanzó su más tristes tintes pesimistas en una serie de
novelas, que encadenas nos indican el camino que no hay que seguir
para perder la libertad como persona.
Ernst
Jünger en su libro “ Sobre los acantilados de mármol”, 1939,
nos describe una sociedad idílica, basada en la convivencia
pacífica, centrada en la cultura y humanidades, donde se cultivaba
la ciencia como expresión de un desarrollo interior del espíritu.
Era un mundo extraído del tiempo, en el cual reinaba la luz y la
pureza clásica.
Pero
desde el bosque, es decir donde habitan las sombras, el engaño, los
encuentros misteriosos y acechan peligros de la razón primitiva,
surgían los ecos del gran manipulador, del genio del mal, que atraía
a las masas, sobre todos a los jóvenes, ofreciéndoles deleites y
diversión, libertad de perversiones y azuzando la destrucción. El
desorden y el caos era su seña. Era este líder mesiánico el Gran
Guardabosques, unas veces brutal, seductor y amable y servicial
cuando quiere convencer en pos de la consecución de sus objetivos.
Mas aquellos espíritus libres no se doblegaron, resistieron, y
fueron abocados a la muerte, contemplando como la belleza del arte,
del ingenio por ellos construidos, se desvanecía bajo las llamas. Al
final esa sociedad fue destruida, aunque el Gran Guardabosque fuera
frenado en sus ambiciones.
Oponiéndose
a los nuevos modos que se imponían hubo protestas, como bien las
describe G. Orwell en su “Rebelión en la granja”, 1945, siendo
su resultado infructuoso, pues se impuso la sociedad de la
relativización de la verdad, reflejada en la obra de este autor
titulada “1984”, 1949. Todo es cambiable, las noticias, los
enemigos del Estado, los fines de la sociedad, pues la vida gira en
torno al gran Líder, cuya imagen está siempre presente. El lenguaje
es modulado, acotado bajo unas reglas de corrección, la neolengua es
como la llaman. El amor está soportado en el terror.
El
poder fue alcanzado mediante la revolución de las masas, que
buscaban protección y un mundo de amor. Esto se lo ofrecía el
“Ekwilismo” doctrina del gran Líder,. En “ Barra sinistra”,
1947” Vladimir Nabokob nos narra la manipulación, el terror y la
doctrina basada en el amor y la no violencia, de este régimen.
Siendo el resultado la organización social alcanzada en el libro
“1984”.
Pero
este tipo de sociedad no era el último fin, pues su estadío final
es relatado en el libro “Un mundo feliz”, 1932, de Aldous
Huxley. Allí todo es perfecto, la gente es joven y guapa, excepto lo
esclavos diseñados genéticamente, no hay reproducción por sexo,
tampoco viejos, todo es ordenado y controlado por un senado oculto,
se es pretendidamente feliz. El orden está basado en la ciencia, en
la muerte, en el sacrificio impuesto. Esa es la meta social final a
la que se aspira.
En
este conjunto literario descrito, y algunas obras más, podrá el
lector ser avisado del peligro futuro que nos pueden llevar los
derroteros de la actual civilización.
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