sábado, 12 de octubre de 2024

ENTRE EL DÍA Y LA NOCHE

 



EN EL LÍMITE DE LA LUZ


Autor: Diego Benéitez. Título: La luz de tus ojos. Lugar: Galería BAT Alberto Cornejo. Madrid Fecha: Hasta el 16 de noviembre de 2024.

Diego Benéitez( Zamora, 1986 ) ofrece una obra donde la claridad se difumina, en un escenario extraído del tiempo, fuga hacia la intemporalidad, surgida como destello pasajero, en su resplandor tímido en el momento último de la Luz. Es un encuentro sin continuidad, encuentro con la fantasía, que se deshace en el ritmo de los instantes. Luz ausente, luz cautiva, luz errante, que se escapa del horizonte, asolado el espíritu con su partida, pese a ofrecer el dorado decadente de sus atributos. Cae la luz abatida ante las tinieblas, soledad y recogimiento, toma forma la noche con su presencia.
Esta sensación somete la mirada del pintor hacia un estado emocional que arrebata su consciencia, extráyendolo del instante sentido para trasladarlo, en el momento feliz eterno, a un estado de asombro, continua sensación ante el esplendor luminoso del encuentro entre el día y la noche, claridad y misterio, sea en las horas de la aurora o en el ocaso. En ambos momentos, cuando se produce el encuentro entre ambos antagonistas, la luz se rompe en sus variadas tonalidades, cuyas secuencias presenciales se invierten según sea el momento de la jornada.
En esta fractura solar surgen destellos cromáticos, esparcidos sus tonos de forma fugaz, desde el grisáceo hasta el dorado intenso o al revés, en su eterno ciclo de los tiempos. El horizonte actúa como frontera entre ambos universos, fundiéndose cuando explota el dorado, desvaneciendo el azul intenso de las aguas o el suave tímido que se asienta en la atmósfera. Entre medias se van sucediendo multitud de composiciones, abstracciones de la realidad, no inventadas, espacios de belleza fluida, transitoria. La mirada queda atrapada en este espectáculo. El paisaje gana fuerza cuando la bruma participa en la escena trasmutante, originando destellos, otras posibilidades en las que se presenta el color.
Todos estos motivos son perseguidos por el Diego Benéitez en su aventura plástica, captando las horas luminosas ante horizontes marinos, sólo alterados por el ritmo del reloj y las siluetas de la costa.
Desde una expresión pictórica realista plasma fiel el escenario observado, trastocándolo en composición caprichosa de la luz, deshecha en sus posibilidades cromáticas. Es hábil en pintor en la conjunción del color, plasmado en una obra limpia, sencilla, elegante y de calidad creativa.

















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