LA
VIDA MÁS ALLÁ DEL CREPÚSCULO
Es
Fernando de Villena (Granada,
1956)
un escritor de amplia
y
excelente trayectoria literaria, narrador y poeta, siendo, en esta
última faceta, uno de los mejores representantes de la más sólida
voz lírica del actual
panorama nacional.
Ofrece
en su última entrega poética, titulada
“La
vida más allá del crepúsculo”,
editorial
Carena, una
obra
de gran hondura emocional,
constituyendo
una
reflexión
sobre
el tiempo
pasado,
cuando el presente le ofrece el dolor intenso como acompañante,
siendo el amor, y
su fe religiosa,
el sustento principal
de su experiencia vital. Las
alegrías del ayer no avisaron
de las horas del ocaso, cuando
la felicidad se desvanece, siendo el dolor el destino final de
nuestras existencias. Dolor que aparece de improviso, cuando hay
pérdidas de seres amados, o se
es
víctima de enfermedades, también cuando
surge
el final presentido, mas la belleza siempre
nos rodea, al
contemplar
un
atardecer
de cielos ígneos, al
rememorar
las
horas soporíferas de siestas estivales, bajo el silencio sedoso de
momentos detenidos, o
al
recordar
momentos
pasados que fueron agradables.
Esta
obra aquí comentada posee
una lírica transparente, organizada
sin
artificios ni expresiones rebuscadas, fluyendo sus versos con fácil
discurrir, cuán arrollo de aguas cristalinas, en
el que
su
corriente se
desplaza escondida
entre una vegetación de aspecto
alejado de la exuberancia,
velando
en sus umbrías la intimidad que
soporta su
esencia, transcurriendo
los vocablos impregnados con la
pureza
de su origen, siendo
la palabra quien
va marcando los tiempos, e
inflexiones, de su ritmo, cuando se abre como
fuente
de emociones profundas, auténticas, surgidas del corazón.
Fernando
de Villena estructura
su pulso poético desde la tradición clásica, que transforma en voz
lírica
actual, ajena a barroquismos, siendo
sólo
sonido susurrante, cuando
el lector discurre por sus estrofas.
Se
suceden sus
poemas de forma armónica, jugando
unas
veces con
el recuerdo de
días luminosos,
para
sucumbir en el
dolor presente, percibiendo
la
realidad de la entrada en los años últimos del trayecto vital, y
siempre sometido
al influjo de la belleza, gozo que no comprende ante la situación
personal sufrida, no abandonando ésta
la realidad presente.
Es
por lo que el autor percibe que hay un fondo profundo tras la
existencia efímera, grandeza sentida que avisa de su infinitud,
destello que lo abriga, ayudando
a vislumbrar
la eternidad con su aparición. Esta esperanza ayuda al poeta,
plasmándolo
con precisión y limpieza expresiva, en versos
de exacta conjunción rítmica.
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