miércoles, 19 de febrero de 2025

LA VIDA MÁS ALLÁ DEL CREPÚSCULO, DE FERNANDO DE VILLENA

 


LA VIDA MÁS ALLÁ DEL CREPÚSCULO



Es Fernando de Villena (Granada, 1956) un escritor de amplia y excelente trayectoria literaria, narrador y poeta, siendo, en esta última faceta, uno de los mejores representantes de la más sólida voz lírica del actual panorama nacional.
Ofrece en su última entrega poética, tituladaLa vida más allá del crepúsculo”, editorial Carena, una obra de gran hondura emocional, constituyendo una reflexión sobre el tiempo pasado, cuando el presente le ofrece el dolor intenso como acompañante, siendo el amor, y su fe religiosa, el sustento principal de su experiencia vital. Las alegrías del ayer no avisaron de las horas del ocaso, cuando la felicidad se desvanece, siendo el dolor el destino final de nuestras existencias. Dolor que aparece de improviso, cuando hay pérdidas de seres amados, o se es víctima de enfermedades, también cuando surge el final presentido, mas la belleza siempre nos rodea, al contemplar un atardecer de cielos ígneos, al rememorar las horas soporíferas de siestas estivales, bajo el silencio sedoso de momentos detenidos, o al recordar momentos pasados que fueron agradables.
Esta obra aquí comentada posee una lírica transparente, organizada sin artificios ni expresiones rebuscadas, fluyendo sus versos con fácil discurrir, cuán arrollo de aguas cristalinas, en el que su corriente se desplaza escondida entre una vegetación de aspecto alejado de la exuberancia, velando en sus umbrías la intimidad que soporta su esencia, transcurriendo los vocablos impregnados con la pureza de su origen, siendo la palabra quien va marcando los tiempos, e inflexiones, de su ritmo, cuando se abre como fuente de emociones profundas, auténticas, surgidas del corazón.
Fernando de Villena estructura su pulso poético desde la tradición clásica, que transforma en voz lírica actual, ajena a barroquismos, siendo sólo sonido susurrante, cuando el lector discurre por sus estrofas.
Se suceden sus poemas de forma armónica, jugando unas veces con el recuerdo de días luminosos, para sucumbir en el dolor presente, percibiendo la realidad de la entrada en los años últimos del trayecto vital, y siempre sometido al influjo de la belleza, gozo que no comprende ante la situación personal sufrida, no abandonando ésta la realidad presente.
Es por lo que el autor percibe que hay un fondo profundo tras la existencia efímera, grandeza sentida que avisa de su infinitud, destello que lo abriga, ayudando a vislumbrar la eternidad con su aparición. Esta esperanza ayuda al poeta, plasmándolo con precisión y limpieza expresiva, en versos de exacta conjunción rítmica.

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