domingo, 16 de febrero de 2025

PAISAJES DE ALMERÍA SEGÚN SÁNCHEZ ZABALETA


LA TIERRA AUSENTE


Los paisajes almerienses poseen una belleza primigenia, profunda, sobre todo en sus campos desiertos, abandonados y yermos, compañeros de la soledad, en su eternos días sometidos a la rutina de los elementos, sol y viento. Los destellos vibrantes, sumidos en la densidad luminosa que somete sus espacios en un sopor permanente, junto con los rumores arrancados por los azarosos vendavales, liberan la realidad para que afloren los genios del lugar, duendes sibilantes, cuyo rastro impregnan campos y ruinas, evocando historias de sus moradores, el paso del viajero, el olvido que rompe la memoria y oculta su rastro. Mas el aura de su presencia refulge en el ambiente, se siente, como ecos sensitivos que no cesan de vibrar.
Esta realidad mágica es captada por el artista, que la refleja en su obra. Joseba Sánchez Zabaleta, Cistierna, León, 1970, es un pintor de excelente registro técnico, cuya producción plástica posee una fiel precisión en su dibujo, plasmando la escena con pulcritud y realismo profundo, salvado de la fría imagen digital simulada por el halo lírico, que el artista incorpora en cada una de sus piezas.
En su trabajo pictórico se suceden soledades de campos desnudos, en los que su atmósfera turbia rompe la claridad solar, creando una neblina luminosa, que permite sostener las imágenes evanescentes que la impresión visual suscita. En este solar silencioso encuentra construcciones ruinosas, abandonadas a su extinción, en cuyas estancias aún quedan huellas de aquellos moradores que allí estuvieron. Penas, alegrías, deseos, ambiciones, son recogidos en sus habitaciones y pasillos, en un susurro cíclico sin fin, intuido por el pintor, depositando, en cada una de sus composiciones, las figuras sentidas en el vacío de la nada, sólo percepción, traducida en evocaciones líricas invocadas en la contemplación de su obra.
Joseba Sánchez Zabaleta ofrece su visualización intuitiva de la realidad circundante, incorporando en sus cuadros un pulso poético, que se superpone en la imagen real plasmada en su obra. Y siempre la Luz sienta su fuerza, su imperio infinito, cuya presencia acentúa el olvido de los tiempos, lo cual permite vislumbrar la esencias ocultas a la mirada, que dan sentido al paisaje contemplado. El artista se sume con el entorno, se funde en su inmensidad, empapándose de su ánima, elaborando una obra de gran calidad estética.
En el Museo del Realismo Español Contemporáneo, de Almería, podrá visitarse esta exposición, titulada “ Almería. La tierra ausente”, hasta el 30 de marzo.















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