LA TIERRA AUSENTE
Los paisajes almerienses poseen una
belleza primigenia, profunda, sobre todo en sus campos desiertos,
abandonados y yermos, compañeros de la soledad, en su eternos días
sometidos a la rutina de los elementos, sol y viento. Los destellos
vibrantes, sumidos en la densidad luminosa que somete sus espacios en
un sopor permanente, junto con los rumores arrancados por los
azarosos vendavales, liberan la realidad para que afloren los genios
del lugar, duendes sibilantes, cuyo rastro impregnan campos y ruinas,
evocando historias de sus moradores, el paso del viajero, el olvido
que rompe la memoria y oculta su rastro. Mas el aura de su presencia
refulge en el ambiente, se siente, como ecos sensitivos que no cesan
de vibrar.
Esta realidad mágica es captada por
el artista, que la refleja en su obra. Joseba Sánchez Zabaleta,
Cistierna, León, 1970, es un pintor de excelente registro técnico,
cuya producción plástica posee una fiel precisión en su dibujo,
plasmando la escena con pulcritud y realismo profundo, salvado de la
fría imagen digital simulada por el halo lírico, que el artista
incorpora en cada una de sus piezas.
En su trabajo pictórico se suceden
soledades de campos desnudos, en los que su atmósfera turbia rompe
la claridad solar, creando una neblina luminosa, que permite sostener
las imágenes evanescentes que la impresión visual suscita. En este
solar silencioso encuentra construcciones ruinosas, abandonadas a su
extinción, en cuyas estancias aún quedan huellas de aquellos
moradores que allí estuvieron. Penas, alegrías, deseos, ambiciones,
son recogidos en sus habitaciones y pasillos, en un susurro cíclico
sin fin, intuido por el pintor, depositando, en cada una de sus
composiciones, las figuras sentidas en el vacío de la nada, sólo
percepción, traducida en evocaciones líricas invocadas en la
contemplación de su obra.
Joseba Sánchez Zabaleta ofrece su
visualización intuitiva de la realidad circundante, incorporando en
sus cuadros un pulso poético, que se superpone en la imagen real
plasmada en su obra. Y siempre la Luz sienta su fuerza, su imperio
infinito, cuya presencia acentúa el olvido de los tiempos, lo cual
permite vislumbrar la esencias ocultas a la mirada, que dan sentido
al paisaje contemplado. El artista se sume con el entorno, se funde
en su inmensidad, empapándose de su ánima, elaborando una obra de
gran calidad estética.
En el Museo del Realismo Español
Contemporáneo, de Almería, podrá visitarse esta exposición,
titulada “ Almería. La tierra ausente”, hasta el 30 de marzo.
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