OTRA VEZ LA POESÍA
José
Luis López Bretones (Almería,
1966) es un poeta de poderosa expresión lírica en el panorama
literario andaluz. Lo conocí en una de aquellas desbordantes fiestas
poéticas celebradas en Oria, manifestación cultural en
contracorriente con lo que se llama eventos culturales, hazañas
dignas de elogio, acontecimientos singulares que rompían la
monotonía de los días iguales. Ya era un figura consolidada en el
horizonte lírico de nuestra tierra. Su trayectoria poética es densa
en aciertos en la palabra desvelada. Es autor de Una
eterna olvidanza, Ensayo ante un paisaje,
con
el que
consiguió
el Premio
Federico Gª. Lorca, Granada en 1996. En 1999 fue reconocido con el
accésit del Premio Adonais por El
lugar de un extraño. Su
obra Ayer
& mañana
obtuvo
el accésit
del Premio Jaime Gil de Biedma, en 2004. Su producción ha sido
continua, mas no lo que sus lectores hubiéramos deseado. Es un gran
dinamizador cultural en Almería, siendo un acontecimiento gozoso la
nueva publicación que aquí se reseña.
“Otra
vez la Poesía”,
de Sonámbulos Ediciones, significa la recapitulación que realiza el
poeta de su relación con la palabra, expuesta como simbología que
encierra sonidos, y significados, que quieren
hacer sentir el destino de la vida.
Esta
obra constituye un ajuste
de cuentas con el pasado neblinoso, recuerdos que se descomponen en
jirones, placenteros o dolorosos. Ahonda el autor en el sentido de la
existencia, en la realidad imaginada que suponemos vivir, donde el yo
y las personas circundantes llenan, con su interacción, el signo
vital de los días. Intenta el poeta descifrar la vanidad de la
ilusiones del futuro deseado, descubriendo el horror ante el vacío
de las cosas creídas importantes, disueltas en la vacuidad de su
presencia.
En
“Otra
vez la Poesía”,
la palabra es buscada como expresión veraz de la realidad, queriendo
que defina su imagen auténtica, y permita conocer la tangible faz
que esconde. Quiere el poeta penetrar en el ángulo oscuro de la
verdad, en aquellos contornos que no percibimos, vencer la ignorancia
que el engaño de la mirada produce. Pero la luz evasiva, cubre con
sus destellos brillantes la definición de la vida, distrae, oculta,
mas fluye y nos abandona en el desierto oscuro de la noche. Soledad
del yo y su pasado, restos de fibras del telar deshecho por los días.
El olvido tiñe de gris el recuerdo. Este sabor amargo deja la
aventura de la palabra explorada, pulida, pensada, significada en su
verdadera descripción del peso de las horas. ¿Existe redención? Se
pregunta el poeta.
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