miércoles, 17 de septiembre de 2025

EXPOSICIÓN DE JULIO VAQUERO EN LA GALERÍA FERNÁNDEZ-BRASO



EL SUSPIRO DEL TIEMPO


Autor: Julios Vaquero. Título: Materia imaginada. Lugar: Galería Fernández-Braso. Fecha: Hasta el 31 de octubre.

Atrapa el pintor el instante, en su suspiro infinito, quedando reflejado en éste la escena rememorada, la imagen arrollada por el pulso del tiempo, huella de su percepción que se deshace en la memoria.
Julio Vaquero, Barcelona, 1958, es un artista que investiga la función de la Pintura en la representación de la realidad. Pues a diferencia de la fotografía, o grabación videográfica, no recoge solamente la luz y sus constrastes, reflejo del paisaje y seres que ante su foco se ofrece, si no que capta la imagen, la retiene en el cuadro, en ese momento sin fin, sustentada en su pasado inminente, extraída del futuro inmediato, viviendo en la infinita porción temporal, vibración congelada de la radiación que define la realidad sentida. Es un universo dentro de la insignificante porción del flujo de acontecimientos sucesivos, que cabalgan en los segundos, escapado de su destino hacia el olvido, trasladado hacia lo eterno.
Ese es el gesto que el pintor traslada a sus piezas, trabajadas con variedad estilística, recogiendo en ella rostros, habitáculos, jardines… En su obra se acumula el polvo de la mirada, aquel que deposita el transcurso de los días, aroma añejo que imprime peso visual en el ambiente, sensaciones ajadas que impregnan el ritmo perpetuo de la acción contenida en la pieza. Mas la memoria se desvanece, va destruyendo la imagen atrapada, muy bien interpretado por Julio Vaquero en los efectos incorporados en la imagen, trazos caprichosos, manchas  que borran el recuerdo, simulando la próxima caída del telón, camino hacia el olvido.
Potencia esta impresión, organizada por el pintor, la instalación que la acompaña, cuan desbordamiento de las escenas de las piezas en el entorno que las acoge.
En la obra de Julio Vaquero triunfa la luz, su fuerza inalterable, exponiendo su esplendor en las flores plasmadas en los lienzos y papeles, o cuando deambula libre a través de los espacios descritos en ellos, mostrando su presencia en las transparencias. En el resto, sólo deja la luz sus tonos pesados, espesos, tinte de las horas infinitas.
Julio Vaquero explica en su propuesta plástica estas ideas, poderosa expresión conseguida gracias a su habilidad técnica, producto de largos estudios del efecto luminoso sobre lo tangible, usando un cromatismo acertado en su descripción. Pero lo más importante de esta instalación, es el haber logrado incorporar un cosmos eterno en la mota de un instante, sujeta a la acción presentida. La fuerza del intelecto del artista se deposita en su obra, esto es lo que le da vida propia.
Julio Vaquero logra exponer una inteligente propuesta plástica.





























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