EL SIGNO DEL RECUERDO O LA CIUDAD
SENTIDA
Autor: Manuel Ángeles Ortiz. Título:
Ciudad de Prodigiosa. Lugar: Casa de los Tiros, Granada. Fecha: Hasta
el 15 de abril.
La imagen pierde su armadura,
mostrándose en su estructura básica. Apariencia externa que danza
aérea con su geometría desnuda. Así define Manuel Ángeles Ortiz
el mundo que lo rodea. Es aspecto externo, reducido a líneas y
ángulos, donde el blanco, conjugado con azules, veteado por verdes y
suspiros ocres, define el escenario que conforma la ciudad.
Este artista granadino tradujo la
presencia primera de la imagen en simbología lineal, que con sus
quebrada trayectoria describía la estructura de las villas y
lugares. Tras esta apariencia esquemática se evaporaba el brillo del
alma de la ciudad, que induce ritmo visual a la representación
plasmada. Surge danzante la recta, organizada en sus giros, según la
idea traducida por el lápiz en el boceto, que el autor repasa con su
buril, generando un relato que nos trasmite las cualidades del lugar.
Es un alfabeto pictórico el
desarrollado por Manuel Ángeles Ortiz, fluido, alegre, brillante,
sin aderezos innecesarios. Logra el pintor recrear la imaginación
fabulosa que encierra el conglomerado de edificios, dejando presentir
sus rincones y callejuelas, abiertas plazoletas y la magnificencia de
sus construcciones. Deposita el observador en cada una de sus piezas
la magia del ambiente, pues libera las formas de la carnosidad que da
realismo a la imagen, trasportándola a la abstracción, a la idea
última que subyace en las profundidades de la memoria, desde la cual
pasea por el mundo onírico del subconsciente. Así percibo yo este
conjunto de obras del genial artista andaluz. El sur es su origen, su
esencia recreada, ofreciéndola en su versión cosmopolita, mas nunca
perdía el sabor auténtico de su tierra de procedencia.
Comento lo anterior como expresión de
una experiencia sentida, tras pasear la mirada por los recovecos de
cada una de sus composiciones, alejándome de los tópicos reflejados
en las notas de prensa, o en la reproducción de la biografía del
pintor, sus éxitos y avatares, pues lo que preocupa, en definitiva,
es conseguir que surja curiosidad por indagar en la visualización
del trabajo plástico de este gran creador. Lo demás es una
reproducción estéril, que acompañada de frases manidas, se llama
hoy crítica de arte.
Los grabados de Manuel Ángeles Ortiz
constituyen una excelente, y acertada, exposición.
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