LA PASIÓN DE ZAAFRA
Fue David González Zafra, 1948-2017,
un pintor granadino cuyo trabajo fue extenso y de poderoso influjo
pasional, desbordado de emoción, expresada en el gesto, en la acción
adivinada de sus personajes, y reflejada en la impronta de su
influjo, fugaz, intenso, visualizando el ritmo que envuelve la imagen
de la pieza. Zaafra, así firmaba su obra, desarrolló una amplia
actividad artística, siendo la dedicada a la recreación del
flamenco la que más caracterizó su producción plástica.
El hondo desgarro de una voz rota que
se percibe en la contemplación del cuadro, o el giro airoso de la
danza alegre, cuando la palmada se siente, acompañan la melodía,
signo apasionado de las alegrías y penas, convicción de vida,
resignación y valentía.
Todo esto es percibido en la
visualización de su obra, sentimientos plasmados en el instante
grabado en el cuadro. Zaafra los describe con una pincelada suelta,
sobre un dibujo bien perfilado, organizando un fondo de cromatismo
nebuloso, viciado del ambiente, recogido y pesado, de la estancia
donde se producen sus escenas. Cálidas tonalidades, que se tornan en
espesas capas que ocultan los misterios del duende.
Zaafra expresó el sentir del arte
jondo en sus composiciones, con fuerza, elegancia y vitalidad.
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