LOS PAISAJES DE ALFONSO PARRAS
Exposición
en Carmen de la Victoria, Granada, hasta el 31 de mayo.
Alfonso Parras fue un pintor de la
intimidad, quiso evadirse del entorno cotidiano para situarse aislado
ante el paisaje, permaneciendo atento a los signos de su influencia,
a las luces de sus cambios, al temblor de su exaltación. Este
artista quiso descifrar los enigmas de su presencia, que en
muchos hubiera causado anonadamiento ante la grandeza contemplada,
pero él insistió en penetrar en su esencia, en comprenderla y
plasmarla en sus cuadros.
Son éstos resultado del asombro que
generaron en el pintor, quedando sumido en la postración ante el
resplandor de su rotundidad.
Alfonso Parras supo atrapar la
sustancia del ambiente, aquella que da vida y nervio a la escena, no
conformándose con la recreación fiel del momento rememorado, sino
que combinó la visión del entorno con la fuerza fugaz, cambiante y
vaporosa, del aire denso, cargado de grises y azules, borroso aveces
en el horizonte, presentido en ocasiones henchido de humedad. En esta
masa voluble es donde anidan los genios que dan carácter al lugar.
Son ellos los que influyen en sus habitantes, guían sus costumbres,
les susurran sus misterios.
Alfonso Parras comprendió el flujo
que sostiene la visión trascendente del paisaje, describiéndolo en
cada una de sus piezas, mediante la aplicación de un cromatismo
acorde con la emoción circundante, el canto luminoso que dictaba el
tiempo personal de este creador plástico. Para ello organizaba un
dibujo preciso del motivo que ocuparía su obra, el cual se
difuminaba debido al impulso del color, espeso, grávido, cerrado en
su recovecos de sombras y tonalidades, verdes, ocres, blancas o
azules, apretadas entre sí, para destacar de esa presión interna el
destello del ánima que encierra el entorno descrito, quien ilumina
el espacio enmarcado.
En sus óleos recorre la soledad de
calles encaladas, de refulgente luz teñida del rastro azulado, voces
que se pierden hacia ninguna parte, espacio de silencio, sosiego,
eternidad, tradición adherida en sus rincones. En otros, pierde su
mirada en la rotundidad de los montes, agrestes, imponentes moles de
oscuridad presentida, entre riscos y vegetación exuberante, o en los
cortados desgarradores de ríos o barrancos, senderos perdidos hacia
todas partes.
Alfonso Parras es un referente de la
pintura andaluza figurativa de entre siglos, siendo Jaén, Granada y
Almería, su fuente de inspiración. Fue además uno de los grandes
galeristas de Granada, siendo la desaparecida Xauen un lugar de
encuentro en el arte de esa ciudad.
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