jueves, 7 de julio de 2022

PINTURAS 2020-2022, DE JUAN CARLOS LÁZARO

 
EN UN TIEMPO DETENIDO

Autor: Juan Carlos Lázaro. Título: Pinturas, 2020-2022. Lugar: Galería Birimbao, Sevilla. Fecha: Hasta el 15 de julio.

El pintor juega con la incógnita de la imagen percibida, forzando la mirada hacia la exploración de su perfecta definición, mas siempre quedará la duda de haber podido contemplar la realidad toda en la escena propuesta. Es así como José Manuel Lázaro propone su trabajo plástico, en el que abarca paisajes y bodegones, unidos todos por la luz difusa que llena homogéneamente el espacio enmarcado, dejando una sutil idea del origen de su procedencia. Recoge en sus óleos frutas en un tiempo detenido, ajenas a la vida ya, aisladas en el espacio vacío, en cuyo horizonte se presiente campos sin fin, soledad concentrada en sí misma, descarnada, bajo una neblina que esconde su verdadera faz, lo cual consigue producir una mayor inquietud en la observación del paisaje, surgiendo curiosidad, abandono de la realidad cambiante, quedando detenido el entendimiento en esa vasta extensión, sin vida aparente, definida por el horizonte y por las construcciones lineales, supuestamente encaladas, que delimitan el entorno, huella de la presencia humana figurada. Triunfa el sentimiento de abandono, momentos detenidos en el olvido, en una tranquilidad aparente, cuya persistencia genera desasosiego. Logra de esta manera que el espectador explore en el interior de sus composiciones, indague en la esencia de su naturaleza, y se refleje en su intimidad personal. Esta separación del entorno cotidiano crea la necesidad de búsqueda, de aquello que se supone siempre está presente, aunque inaprensible por nuestros sentidos, solo intuido.
Juan Carlos Lázaro desarrolla con precisión estas sensaciones en su obra, mediante una estructura muy elaborada intelectualmente, expresada con mínimos elementos visuales, donde la luz velada es quien dicta el entendimiento de sus piezas.
Desarrolla su producción plástica con armonía sensitiva, expuesta con un ritmo apagado, silencioso, y de intenso contenido conceptual, conseguido con la mínima, y suficiente, cantidad de recursos figurativos. Su obra posee un intenso sabor de clasicismo, alejada de recargamiento, pues sólo un artista que ha alcanzado la maestría, en el lenguaje pictórico, puede comunicar un torrente de ideas y sensaciones con sencillez, limpieza, claridad y elegancia.
















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