LA INMACULADA DE LA CATEDRAL
En Almería podemos contemplar un
cuadro de la Inmaculada, depositado por el Museo del Prado en la
Catedral, cuyo autor es José Antolínez.
Son muchos los pintores del siglo XVII
en España, de gran calidad y originalidad, cualidades que se
perdieron en el siglo siguiente. En ese periodo dos pintores, Murillo
y Antolínez, sobresalieron en la pintura de la Inmaculada
Concepción, por el número de versiones como por la categoría
estilística de su elaboración.
José Antolínez (Madrid, 1635-1675)
tuvo una vida agitada, que no por ello restaba tiempo a su trabajo
artístico. Procedía de una familia hidalga, era un espadachín
diestro, altivo y provocador, causa de su muerte temprana.
El estilo de este pintor estaba
influido por Velázquez, Rubens y el colorido de Tiziano, lo cual no
contradice su original producción artística, pues a partir de las
técnicas inspiradas en estos pintores, desarrolló una obra de gran
consistencia, fuerza, elegancia y valía plástica. Pintó más de
veinte Inmaculadas, aparte de otras piezas de carácter religioso. No
sólo este tipo de temática abarcó su trabajo con el pincel, sino
que comprendió otros campos de la imagen. Elaboró retratos, como
también temas costumbristas de la vida cotidiana, e incluso plasmó
paisajes en sus óleos, de los cuales no se encuentran en la
actualidad ninguno conocido.
Sus Inmaculadas poseen un estilo
propio, diferente al resto, sublimación de la imagen, espiritualidad
contenida en el rostro de la Virgen, expresada en la etereidad de la
representación de su figura, potenciada por los colores celestes,
más plateados o dorados, dotando de gran impronta su contemplación.
En sus retratos reflejaba el gesto
natural, sin artificios ni poses innecesarios, aunque en alguna de
sus obras peca de una excesiva afectación, rostros congelados sin
naturalidad, como es el caso del cuadro en que retrata al embajador
de Dinamarca, en el cual refleja los gustos estéticos de la época.
Existen, aparte de sus Inmaculadas,
dos obras de excelente factura pictórica; una es su pieza de María
Magdalena, en la que muestra una imagen aérea, en plena elevación,
ingravidez percibida, profundidad en su visualización. El color
azulado del fondo, incrementa los efectos en esta pieza señalados.
Pero donde alcanza mayor genialidad,
es al incorporar temas de la vida popular en sus composiciones,
siendo la pieza “El Pintor pobre” un trabajo diferente, a lo
visto entre sus colegas de oficio en España. Es lo que le dota de un
estilo propio y original.
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