martes, 13 de marzo de 2012

LA MANO DEL PINTOR

Autor: Alwin van der Linde. Título: “Diez años en España”. Lugar: Sala de exposiciones de Gran Capitán. Fecha: Hasta el 1 de abril de 2012.








El pintor actúa como un hacedor de realidades, que surgen en su fantasía para ser plasmadas en el cuadro, tan fieles como son imaginadas y soñadas. Compone espacios silenciosos, envueltos en una melodía oculta que sostiene el conjunto, lo llena incluso, impregnándolo de ritmo suave, cadencioso, melancólico y susurrante. El ambiente reflejado en cada pieza contiene un alma que se expande por la superficie para dotar de dimensionalidad la imagen pintada. La luz rige el pulso del nervio que recorre cada obra expuesta, abriéndose en todas direcciones, rompiéndose para mostrar el espíritu que la soporta, inflamando su entorno con una gama cromática suave.

Alwin van der Linde desarrolla un relato extraordinario en sus creaciones, describiendo la sensación que inunda la mirada ante la visión poética que transcurre rítmica en la percepción, en la emoción de la melodía que vibra en la impresión del desconcierto ante la belleza del instante sublime, que esconde el halo del Invisible. Lo siente, intuye, pero es incapaz de representarlo, sólo su presencia, en forma de imagen que arrebata la voluntad y postra el pensamiento. La luz es descompuesta en algunas piezas, siendo los elementos contenidos en éstas mero pretexto para su disección, pues en ella está el origen inicial de todas las cosas.

El estilo de este pintor, de poderosa sensibilidad lírica, supera el realismo para convertirse en constructor de escenarios pensados, solo posibles en su imaginación, traspasando la técnica, los mensajes percibidos por los sentidos, explorando su mundo interior, que conecta con el cosmos oculto que convive con lo visible. Alwin van der Linde lo describe con precisión, evitando la pasión del color desbordada, la simplicidad de líneas retorcidas, las propiedades de nuevas formas matéricas de expresión, usando sólo las imágenes cotidianas, empapadas de trascendencia y sorpresa ante el momento diferente que escapa de la rutina, que rapta del presente la conciencia para evadirla.

Este artista domina con rotundidad la técnica pictórica, superando con creces las limitaciones que la representación de las formas en el lienzo impone. Consigue en su trabajo demostrar que siempre los dioses vencen a los titanes, manteniendo despiertos a los poetas.

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