EN EL JARDÍN DE LAS TINIEBLAS
Autor:
Andrés García Ibáñez. Título: Minotauromaquia y Naturalezas muertas. Lugar:
Centro de Arte. Museo de Almería. Fecha: Hasta el 30 de agosto.
Dos
exposiciones del mismo autor se presentan en el Centro de Arte, de temática distinta y estilo común.
En la planta baja se expone la serie Minotauromaquia,
donde los mitos, la tauromaquia y arquetipos pasionales eternos, se combinan
para desarrollar una historia de sentimientos, desencuentros, traiciones,
lascivia y dolor. El pintor desciende al sótano de las pasiones humanas para
describir el relato de la soledad de la pareja, el temor continuo y el acecho
del viejo Minotauro, que astuto seduce hacia el placer. La soledad se palpa, el
desencuentro crece.
Andrés
García Ibáñez desarrolla la trama muy inteligentemente, con hábil dicción
pictórica, con un estilo figurativo, de dibujo preciso, en un entorno tenebroso
que conecta con la pintura clásica española.
Los
retratos poseen fuerte impacto en su contemplación, estando las escenas
sometidas a merced de la suerte conseguida en la vitalidad dotada a sus
personajes. En unos cuadros consigue reflejar la sublimidad del instante
arrebatado a su intimidad. En otros, el influjo muralista y escultórico confieren
formas academicistas a las escenas, estando los personajes congelados como
figuras, ausentes y ajenas a la composición. Sin embargo, la fuerza del autor
salva en parte estas piezas para confundirlas con la totalidad de su obra.
En
la planta superior se exhibe una mirada original del bodegón tradicional, de
título Naturalezas muertas. Contiene un mejor acabado en su expresión e intenso
influjo visual, desarbolando el ánimo hacia la inanidad de la existencia.
Peces, perdices, pollos, cerdos y reses, aparecen expuestos yacentes, abiertos
en canal o cuarteados. Son presentados con sobriedad, testigos del silencio de
su final. El artista concluye la serie con cadáveres humanos, en plena
autopsia.
La
imagen esconde la verdadera contingencia material, es lo que comunica el
pintor.
Andrés
García Ibáñez recrea su estilo propio, fijando su trabajo en la esencia de
nuestra pintura, penetrando en el jardín de las tinieblas, para reflexionar
sobre la vida y la muerte, de las fatuas vanidades, pasiones y soledad que
inundan el deseo. Consigue elaborar una propuesta sólida, rica en matices
plásticos, que lo reivindica como un
artista de referencia en el panorama andaluz actual.
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