GNOSSIENNE Nº 1 (PEPE BAENA)
Autor: Pepe Baena. Título: Exposición antológica. Lugar:
Casa Condesa de Torre-Isabel. Fecha: Hasta el 29 de noviembre.
Pepe Baena expresa en su pintura una realidad sublimada,
fluida, danzante, delicada, suave mirada de las formas, cuya caricia visual se percibe en las siluetas
reflejadas. Construye un cosmos singular, vibrante, siendo cada figura una nota
musical introducida en el cuadro, conformando una partitura rítmica en su
contemplación, que organiza una melodía íntima resonando en la conciencia.
Elabora composiciones barrocas, definiendo espacios idealizados, por donde
discurren los momentos oníricos. El dibujo es preciso, la pincelada
abarrotada se expande por la
superficie, para concluir en un campo de color uniforme, sin sobresaltos
cromáticos, en homogénea y continua tensión con el tono adyacente, existiendo
nervio en el interior de la obra. El espectador extrae este diálogo entre los
colores, percibiendo ánima en ella. Esta confrontación cromática surge
susurrante, no explosiva, creando un lugar común en su contemplación. Es un
recorrido extraño, sometido al peso del dolor, aplastado por la insoportable
realidad, vista desnuda por el pintor, donde triunfa lo vacuo, el engaño, la
victoria olvidadiza de la inconsistencia de la carne. Sus figuras alargadas
están siempre con un rictus dibujado de tristeza, pegado a la careta de la
risa, emoción, indolencia... Es un universo de pesadilla, escapándose en
algunas piezas atisbos de esperanza. El pintor construye un tratado de los
sueños, temores, y esperanzas frágiles en peligro, de los genios telúricos que
quieren apagar el optimismo. Su pintura me recuerda en algunas ocasiones el
tenebrismo de Goya, en otras las descripciones de El Bosco, y en muchas a Dalí
o De Chírico. El pintor aúna ese entramado de ensoñaciones para expresar el
territorio habitado por el subconsciente, donde ha descubierto la levedad de la
existencia.
Posee
Pepe Baena un estilo ligero en su expresión, ágil en el dibujo, denso de color.
Es un buen director de escena, organizando los elementos del cuadro para
expresar una historia a veces
fantástica, constructiva, o expuesta con una mirada desapegada y objetiva sobre
la verdad de la vida. Propone el artista una obra rotunda, íntima, bien
trabajada, sujeta a las capas que el tiempo, y la experiencia de largas
sesiones de ejercicio plástico, han dejado en él.
Gracias
a esta exposición, Pepe Baena puede ser apreciado en toda su capacidad
artística.
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