sábado, 27 de julio de 2019

JOAQUÍN PEÑA-TORO EXPONE EN EL CENTRO JOSÉ GUERRERO


ENCUENTRO EN EL ÉXTASIS DEL COLOR

Autor: Joaquín Peña.Toro. Título: Ruido Blanco, Lugar: Centro José Guerrero. Fecha: Hasta el 22 de septiembre.

Es un encuentro entre dos lógicas de hacer pintura, unidas por el sustrato del color, campos gozosos de intensidad cromática, que difunden su influjo por todo el espacio del cuadro.
Joaquín Paña-Toro aborda la producción artística de José Guerrero, aquella que denomina pintura-pintura, de su última época, como también su serie de fosforescencias. Basado en esta propuesta ahonda en las cualidades del color, en los espacios de color esparcidos de forma intuitiva, brava a veces, cuando José Guerrero estaba sometido al poder de sus radiaciones, y en su plena posesión trascendía las formas, para recrearse en la percepción de colores, impresiones visuales que pervivían en la memoria como un perfume o melodía, extraídas del cuerpo que le da asiento. José Guerrero prescindía de las formas, y actuaba sobre el flujo de tonalidades que le transmitían emoción, nostalgia, expresando su estado de ánimo. Era un viaje irracional el abordado por el genial pintor granadino, tras cuya aventura se translucía en cada una de sus obras una experiencia anímica, depositando una parte de su energía vital, pues era la lógica del subconsciente la que guiaba su pincel, liberado del corsé del raciocinio, de la medida, del orden, resultando una producción donde hablaban las sensaciones. José Guerrero describía el mundo con el sentido visual, el cual prevalecía sobre el resto, creando percepciones sinestésicas, de ruidos, aromas o tactos diversos.
Desde una posición lógica, sosegada, a partir de un análisis profundo de la obra de José Guerrero, desarrolla Joaquín Peña-Toro un trabajo plástico en pos de la conjunción de esencias comunes, liberadas del color. Parte desde el orden geométrico, que exprime en sus posibilidades extremas hasta la ruptura, creando tensión en la obra. Esta tensión es la que genera el ruido sentido en su contemplación, un ruido que suma todas las tonalidades, siendo por ello expresado, por este autor, como blanco.
Usando técnicas diversas, como acrílicos, collages, introducción de una composición sonora, de Rubén Jordán, en una pieza, serigrafías, donde colabora C. Walker, intenta converger con las composiciones de J. Guerrero, mas se produce un encuentro difícil, produciéndose, en su choque, destellos, brillos sonoros, que se perciben como ruidos blancos, hasta conseguir el contacto entre ambos. Incorpora en este punto de encuentro la maestría de C. Walker, genial grabador afincado en Granada, el cual ha colaborado con los dos pintores. Es una aproximación hacia un lugar común desde la lógica racional y la irracional, lo consciente y subconsciente, unidos por el asombro ante el pulso del color, solo color, imperio que subyuga la mirada. José Guerrero lo expone libre, sin ataduras uniformes, Joaquín Peña-Toro acompañado de figuración lineal que se desvanece ante su fuerza, como fondo que convierte en pretexto las formas trazadas.
Jaoquin Peña- Toro consigue un resultado brillante, al describir la obra de Guerrero desde una perspectiva razonada.




















  
 










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