EL PAISAJE DE ABRAHAM LACALLE
Autor: Abraham Lacalle. Título: En el paisaje. Lugar: Galería Marlborough, Barcelona. Hasta el 19 de junio.
Abraham Lacalle, Almería 1962, posee un gran currículo de muestras y reconocimientos, estando considerado como un artista de referencia en el ámbito español. En la nueva figuración aparece como uno de sus valores más sólidos, cuya proyección sigue cada día superando cotas mayores.
Presenta en esta Galería una obra de gran dinamismo visual, ligera a la mirada, pero de intenso significado reflexivo.
El artista recrea paisajes extraídos de la realidad fantástica, envueltos en susurros comunicados por un cromatismo singular aplicado en sus piezas. Representa la realidad con trazos rotundos, amplios, sin caer en el detallismo, mediante un dibujo ágil y profundo. Es en el color aplicado cuando rompe su relación con la imagen aceptada por la experiencia, depositando tonalidades rojizas, azuladas, verdes intensos, que rompen el equilibrio de la imagen fiel, para trasladarla al mundo de las ensoñaciones. Refleja el paisaje impregnado de sentimientos y sensaciones, otorgando a la composición un relato visual percibido por el efecto del color. Es en este relato de tonos donde el pintor introduce sustancia descriptiva en el cuadro, trasmitiendo la fuerza del ambiente, la intuición presentida en la aventura que supone la contemplación de cada pieza.
En esta propuesta aparecen con frecuencia senderos infinitos, trayectos que llevan a lugares supuestos, incorporando la atención del espectador en el desarrollo de la historia particular de la composición. El enigma, la intervención del azar cambiante en el momento presente, dota de tiempo propio a cada una de sus creaciones. Son espacios vivos, ensoñados, rescatados del pensamiento para convertir en expresión artística el esquema de la escena real. Les confiere múltiples significados, como un laberinto intelectual superpuesto en el entramado del espacio natural.
Abraham Lacalle recorre, y recoge, con su obra todo el desarrollo estético de la modernidad, sin renunciar a la base clásica de la Pintura. Lo asimila y reconfigura como modo particular de entender el trabajo plástico, aportando formas originales de creación pictórica. El resultado es un conjunto de obras de visualización chispeante, cuya comprensión hace que se sosiegue el entendimiento para compartir las historias sugeridas en cada pieza. En éstas los azules aparecen con profusión, usados sin límites, en su heterogeneidad de diversas densidades, sentando su poder, e influjo, en la superficie de cada cuadro.
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