ENTRE EL SILENCIO Y OLVIDO
Autor: José María Mezquita. Título:
Entre el silencio y el olvido. Lugar: Museo del Realismo Español
Contemporáneo. Fecha: Hasta el 23 de febrero de 2024.
En las artes plásticas es difícil
sugerir algo nuevo, pues son innumerables los ingenios que han
aportado sus ideas y experiencias. Muchas veces hay quien reclama un
trabajo singular, más se encontrará algún artista que ya antes, en
su soledad y silencio, habrá superado todo aquello que ahora se
pretende novedoso.
José María Mezquita siempre ha sido
un creador integral, quien más que perder el tiempo en pavoneos
estéticos se ha centrado en su pasión plástica. Trabaja y se
olvida de todo, siempre inmerso en su mundo luminoso, de captación
del resplandor que descubre la transcendencia de la realidad
cotidiana.
Desde un realismo fiel, supera la
exactitud de la imagen para adentrarse en las sensaciones que las
claridades inducen. No busca espacios deslumbrantes, en los que la
exuberancia sienta su presencia, tampoco el destello de la vida
social, ni la magnificencia de grandes urbes o paisajes, sino que se
adentra en espacios donde la intimidad se establece como única
protagonista. Se recrea en lugares intrascendentes para la lógica
cotidiana de los días, casi invisibles por su permanencia en el
trayecto de los momentos perdidos. José María Mezquita percibe la
esencia trascendente que las sorpresas proponen, impregnándose de
los ecos sensitivos que en los rincones se suceden. Los aborda desde
una perspectiva lírica, buscando evocar esas situaciones anímicas,
para compartirlas con el espectador. Contienen sus cuadros
sugerencias múltiples, que no por continuas agotan su intensidad,
pues siempre responden a las inquietudes de la mirada escrutante de
quien los observa, no se agotan en el tiempo.
El trabajo plástico de José María
Mezquita surge desde un dibujo preciso, ajustado a la realidad de la
imagen, sobre el cual el pintor inunda con una carga cromática
concisa, sin excesos tonales, más bien evitando la rotundidad del
gesto del color, exponiendo una luminosidad vestida de sencilla
claridad, luz que deambula sin gamas estridentes por toda la
estancia, marcando el ritmo de la evocación poética en la emoción
del instante. Se busca, en la soledad de la escena, las huellas de
las horas sumidas en la intimidad de aquellos que moraron sus
espacios, sus rutinas, la imaginación de sus anónimas existencias,
más todo es fugaz, parece decirnos con sus piezas, quedando sólo el
rumor de su presencia.
Este artista dota de un resplandor
especial a su obra, la cual trasciende la realidad plasmada para
rescatar del olvido el ánima del lugar.
La obra de José María Mezquita es
siempre actual, de poderosa presencia y calidad patente.
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