lunes, 24 de marzo de 2014

EXPOSICIÓN DE ELIGIO OTERO BENET EN GRANADA


EL ÁNGEL EXTERMINADOR

 Autor: Eligio Otero Benet. Título: Entorno. Lugar: Sala de exposiciones Gran Capitán. Fecha: Hasta el 13 de abril.

La sombra de su vuelo ejerce una influencia en toda la exposición, generando tristeza, pesadez, opresión, pesimismo, siendo estas sensaciones aprehendidas al observar las obras que sufren el rapto de la luz.
Es un montaje inteligente el organizado en la Sala, construyendo un recorrido en el cual los sentidos del espectador va interpretando la reflexión realizada por el autor, que no se queda en la mera expresión rotunda, sólida, contenida, ni en la habilidad técnica en la elaboración de piezas, sino en el trasfondo del artificio intelectual creado. Un visitante de la exposición, al ser preguntado por mí sobre qué siente ante los trabajos mostrados, contesta que es la tristeza quien se trasmite en su contemplación, pero que a la vez  le atraen las obras, le gustan.  Esto es lo importante, generar atracción visual e impregnar de sentimientos la comprensión del observador. Genera inquietud, atrapa la mirada, ese es el secreto de una obra de arte.
Eligio Otero presenta una propuesta de peso artístico poderoso, por la  configuración de las piezas, la utilización de un amplio campo de texturas, el equilibrio monocorde establecido en todas ellas, la limitación cromática en un entorno sombrío, mostrando en alguna de ellas una llamada a la pureza, la liberación de un espacio duro y gris. Es en estas últimas donde triunfa el color, limpio, abierto, cuando las claridades se expanden, con verdes, azulados, amarillos, dorados... Como si fuera un guiño a la esperanza, o también reducto de la añoranza.
El artista plástico recrea un cosmos desolado, con variadas técnicas, describiendo un paisaje postmoderno, arrasado por  el hombre. Los tiempos están muy bien controlados en el desarrollo de la exposición, comenzando por un choque ígneo, abrasivo, que introduce al visitante en un ambiente industrial decadente, y se va ensombreciendo para aparecer en un instante espacial de resplandor, la luz es liberada de sus veladuras, siendo un espejismo sólo, pues vuelve de nuevo la realidad a imponerse en las tonalidades grises, mas surgen chispazos de alegría y aliento, resistiéndose la vida a perecer.
Las esculturas potencian el efecto de la historia interpretada, en el área de su influencia visual, interaccionando con los cuadros.
La energía del artista se condensa en las obras, sean en las piezas colgadas, como en las esculturas. Éstas se configuran vibrantes, en una nerviación tensa, envolvente, sobre la que descansa el espíritu propio de cada una de ellas.
Eligio Otero  Benet nos ofrece una obra de atractiva elaboración, serena e intensa, exacta en la expresión, de amplia integración de materiales. Sus esculturas son precisas, con fuerza interna  absorbida en su estructura. Pero el cuerpo central de la muestra lo constituye la idea depositada por el autor, que deambula por la Sala reproduciendo escenas pesimistas sobre el devenir de nuestra sociedad, guardando en sus entrañas un canto de esperanza. Aún es posible que el ángel exterminador  se disuelva en  el olvido.
Creo que con lo expresado en estas líneas sobran elogios sobre esta exposición.
 











 


















 













 



 







 

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