jueves, 16 de abril de 2015

ESENCIA DEL SUR

Autora: Carmen Laffón. Título: El Paisaje y el lugar. Lugar: Palacio de la Madraza,  Palacio de Carlos V y Fundación Rodríguez Acosta. Fecha: Hasta el 4 de junio.

“ Al final de un cuadro siempre nos encontramos con nuestras raíces. Al final siempre está el Sur” esto decía Carmen Laffón en el reportaje hecho por Fernando Rayón en El Semanal, en el año 1995. Define perfectamente esta artista cual es la esencia de su obra, el relato perpetuo de la producción pictórica de una exitosa y dilatada carrera plástica.
Carmen Laffón se mueve en los intersticios que separa la figuración y abstracción, en ese tenue espacio fronterizo entre ambos, acariciando, o arañando a veces con estridentes ruidos de su roce, la superficie de cada uno de ellos. Es una pintora fronteriza, libre de atarse en los conceptos artísticos, creando un camino propio y original, que es la característica personal de su labor plástica. Ese trayecto no es lineal, sino como he insinuado antes sinuoso y acompasado, sujeto a la fuerza del paisaje o escena reflejada, la rotundidad de las formas, el halo presente en el ambiente.  La pintora no diferencia ambas técnicas de representación, sino que las integra y expresa en piezas que quieren acoger la realidad pensada, en todo su contexto: materia, energía y alma. Esa es la cualidad de la producción pictórica de Carmen Laffón, la expresión completa de la imagen, expuesta como evocación real de un instante vivido, disfrutado y sentido. En toda su obra se impregna del duende del entorno, descrito suavemente, en formas evanescentes unas veces, palpable en una atmósfera luminosa otras, mostrada esta última con las imperfecciones que la visión detecta.  Esta pintora, sea en pastel, óleo o carboncillo, crea obras palpitantes, con un pulso firme que oscila entre la expresión del color, densidad oscura o claridad, y el detalle, desarrollado en líneas de proyección tranquila y ganas de salirse de la continuidad del trazo. No deposita colores densos, ni rompedores del susurro con el que decora su producción, sino formas cromáticas de observación serena, veteadas por la luz, pues ésta parece, como se dice en muchos trabajos y escritos sobre la autora,  estar introducida en el interior de la pieza. El Sur es el espíritu que se mece en la superficie de sus cuadros y láminas, en la composiciones que simulan desbordamiento de la superficie pintada. Incluso sale del plano para consolidar la imagen, incorporándola en la dimensión temporal, configurada como escultura que recoge la idea que define su creación.  

Carmen Laffón posee una trayectoria perfectamente definida, no desviándose de su razón pictórica, centrada en el paisaje, en los aspectos más sencillos de éste, en la luz gozosa y amable que le da vida. 




















 



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