jueves, 2 de abril de 2015

PABLO VALENZUELA EXPONE

AIRE FRESCO PARA EL FUTURO

Autor: Pablo Valenzuela Martínez. Título: Maleficum. Lugar: Sala de exposiciones de Servicio Centrales de Caja Rural de Granada.

Una gran sorpresa ha sido conocer a este joven pintor, cuya edad no corresponde a su seriedad artística, a la determinación que guía su trabajo plástico. Tiene claro los objetivos que quiere alcanzar, así como la definición y sustrato de la obra que enseña. No como otros que se pierden en concepciones vagas  sobre la razón que explica su obra. Pablo Valenzuela nos muestra una serie desbordante de piezas vibrantes, de pequeño formato, cuyo cromatismo posee una tensión interna que desprende efluvios que inundan la Sala, estando los colores no por ello en estado de torbellino desbordante o éxtasis explosivo, sino en contención sólida, cuyo peso rompe el ritmo temporal para inundar la mirada con los haces de tonalidades evanescentes, transgresoras de la trascendencia que esclaviza los momentos pensados.
Las composiciones colgadas juegan en una confrontación entre la figuración mantenida por un dibujo preciso, exacto, mágica extracción de la imagen real, con un fondo etéreo, delicuescente a veces, sumido en un cromatismo delicado, sutil, envolvente, y cargado de significado en la comprensión de la pieza observada. Es una abstracción cubierta de un soplo de símbolos,  que inducen al espectador a comprender el mensaje del autor. Pablo Valenzuela describe una realidad alternativa, que subyace bajo la alfombra del bienestar, en un mundo consumista que se olvida de los desterrados. La miseria, no exenta de esperanza, vive en el subsuelo de la mirada feliz, siendo mostrada en la propuesta de Pablo como una especie de exorcismo. Este pintor domina agilmente el lenguaje del color, como si de una declamación de solfeo fuera, vibrante y chispeante, proponiendo una valiente configuración plástica, sencilla en apariencia pero compleja en su expresión. Demuestra soltura en el trazo, seguridad en el campo del color, y habilidad en el uso del vocabulario cromático, declamando diversas estrofas plásticas para confluir en el tema central de la obra, arriba descrito.
Pablo Valenzuela demuestra un desparpajo valiente, libre de ataduras académicas, es un autodidacta, de tormentosa valentía juvenil, que promete composiciones de gran calado en futuras, y exitosas, realizaciones pictóricas.






































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