DESPUÉS DE EUGENIO PARDINI
Sobre la Exposición de la obra de Eugenio Pardini en CajaGranada.
La obra de Eugenio Pardini es singular
y predecible, por la constancia de su estilo a lo largo de su carrera
pictórica, aunque no por ello ha sido indiferente a la influencia, o
se ha sumergido intencionadamente, en campos contemporáneos de
estéticas novedosas.
Pero siempre resurgía el espíritu
Pardini, como Pintura eterna, térrea, ligada a su cultura personal,
a las influencias que su intelecto estaba sometido.
El dibujo de su obra posee un sustrato
geométrico, de inicio duro, el cual se suaviza gracias a las aristas
pulidas en los giros de sus trazos, de sedimentación gruesa,
desvaídos en su trayecto final de fulgor apagado, apareciendo
silentes, en un transcurso temporal anodino. Siembra el color dentro
de su perímetro, el cual va mutando las intensidades a lo largo de
las décadas, pasando de un tono oscuro y terroso, reivindicativo del
paisaje y las brumas de la Historia, típico de los años cuarenta,
pasando por la ligereza azulada y clara de los cincuenta, para
adentrarse puntualmente en la aventura del cromatismo espontáneo,
que desaparece como un sueño para coquetear con la abstracción,
surgiendo una figuración fantástica que retoma los temas iniciales
de la mirada eterna de la cultura del pintor, Madonnas, fiestas
populares, paisajes rústicos, juegos florales, venus sensuales, que
recobran la opacidad de tonos primigenios, para devenir en los
noventa a un estilo caprichoso, ecléctico y de fuerte personalidad
pardiniana.
Es por ello, que Eugenio Pardini es un
artista original en el panorama plástico de la segunda mitad del
siglo veinte: bebe de la tradición, se impregna de estilos
colaterales imperantes, crea una forma diferente que reclama la
representación figurativa sublimada, como una llama que quiere ser
ascua. Así es como se puede observar la obra de este sugerente
pintor italiano.
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