EL VIAJE DEL CONEJO
Nacido
en Aufseß, Alemania, en 1961, Thomas
Neukirch
es un pintor afincado en Mojácar, cuya obra muestra signos
expresivos de poderoso embate visual, surgidos de un alborotado
océano cromático, en el que las manchas quieren definirse, adoptar
formas y figuras, para describir el paisaje ideado. Mas el peso del
color, el impacto intenso del trazo, acumula fuerza, furia, abandono
irracional hacia cosmos fantásticos, percibidos tras la imagen
pensada, reflejo de los mundos, externos y propios, que se acumulan
en la mente del artista.
Es
la pintura de Thomas
Neukirch un ejercicio sesudo tras la descripción de la esencia
íntima que sostiene la realidad, espacios expuestos como visiones
extrañas, cuasi oníricas, mas no es eso lo que parece buscar el
pintor, sino la impronta primera producida por el paisaje, que
tamizado por la emociones que impulsan su acción plástica, generan
piezas de especial misterio sensitivo en su observación, sometidas
al peso de las sombras, reflejadas en la carga tonal densa, grávida,
que flota en el vacío de grises y colores sin personalidad, pues
están sujetos al yugo del poder cromático de las gamas oscuras.
Muestra
escenarios que transcurren bajo el silencio anodino, tranquilos, en
la rutina de los instantes que se esfuman. Tras su aspecto encierran
el peso de la mancha, el grito que nace de su espesura, sujeción al
tránsito entre la luz y la oscuridad, realidad y misterio, cruce de
caminos en el que ambos imperios se encuentran, cuando lo tangible e
imaginado no quieren distinguirse.
En
la marejada de color contenida en cada pieza, se distingue un flujo
constante, variación permanente de la imagen, que vibra, oscila,
pero nunca se rompe en la abstracción guardada en su futuro
inmediato, pues la razón lógica sienta su peso, salvando la imagen
comprendida en la composición. Las manchas siempre quieren
expandirse en su obra, pero el paisaje resiste, sabe que es real,
apareciendo lo demás como emoción temblorosa, destello del proceso
iniciado por el artista al abordar su trabajo plástico.
En
algunas composiciones, la intimidad de sus personajes se sitúa en
rincones protegidos, pero de fría sensación.
La
propuesta ofrecida por Thomas Neukirch posee ritmo sensitivo,
cinetismo interno, fuerza en su contemplación.
En
Arte 21, con el título “El viaje del conejo”, podrá ser
visitada esta interesante exposición, hasta el 29 de noviembre de
2025.








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