martes, 4 de octubre de 2011

DÍAS DE BIZANCIO



DIAS DE BIZANCIO




Depósito legal: J-723-2006
I.S.B.N: 84-95337-40-1
Tágilis Ediciones






Buenos días Bizancio, tu sol me arropa, el salitre del mar que te abraza perfora mi piel, me empapo del paisaje milenario, cargado de aromas de oriente, impregnado del recuerdo de los dioses, cuando aún convivían con vosotros.
Bizancio en ruinas, Bizancio violentada, Bizancio postrada, Bizancio sólo ilusión. ¿ Dónde atesoras la grandeza del ayer? La perdiste ¿verdad? Eres nostalgia, ilusión del viajero que cree encontrar en tus entrañas el fuego robado al Olimpo, destello áureo cuya presencia generaba belleza.
Guardas tesoros, restos del ingenio sublime, pero todo son recuerdos del naufragio, copias estériles , secas y sin vida, imagen de lo auténtico.
El arte en la actualidad es así, una ciudad convertida en reducto de tiempos felices, heroicos, donde se guarda el germen de la Belleza pero también se crea y repite sin lógica ni originalidad, imitación que se imita, se mezcla, desfigura o recrea; la originalidad está yerma.
Es necesario un segundo advenimiento, donde la sangre nueva acabe con esta postración, que los bárbaros se acuerden de nosotros, aqueos modernos que arrasen Creta, roguemos porque surja un nuevo Perseo y acabe con el Minotauro de la fealdad, que devora la vida y hermosura aún presentes.
Nuestro estado está muy bien descrito en el poema de Kavafis Esperando a los Bárbaros, que transcribo aquí:


¿ Qué esperamos agrupados en el foro?
Hoy llegan los bárbaros.
¿ Por qué inactivo está el Senado
e inmóviles los senadores no legislan?

Porque hoy llegan los bárbaros

¿ Qué leyes votarán los senadores?

Cuando los bárbaros lleguen darán la ley.

¿Por qué nuestro emperador dejó su lecho al alba,
y en la puerta mayor espera ahora sentado
en su alto trono, coronado y solemne?

Porque hoy llegan los bárbaros.
Nuestro emperador aguarda para recibir
a su jefe. Al que hará entrega
de un largo pergamino. En él
escritas hay muchas dignidades y títulos.

¿ Por qué nuestros dos cónsules y los pretores visten
sus rojas togas, de finos brocados;
y lucen brazaletes de amatistas,
y refulgentes anillos de esmeraldas espléndidas?
¿ Por qué ostentan bastones maravillosamente
cincelados.
En oro y plata, signo de su poder?

Porque hoy llegan los bárbaros;
y todas esas cosas deslumbran a los bárbaros.

¿ Por qué no acuden como siempre nuestros ilustres
oradores
a brindarnos el chorro feliz de su elocuencia?

Porque hoy llegan lo bárbaros
que odian la retórica y los largos discursos.

¿ Por qué de pronto esa inquietud
y movimiento? ( Cuanta gravedad en sus rostros)
¿ Por qué vacía la multitud calles y plazas,
y sombría regresa a sus moradas?

Porque la noche cae y no llegan los bárbaros.
y gente venida desde la frontera
afirma que ya no hay bárbaros.

¿ Y qué será ahora de nosotros sin bárbaros?

Quizá ellos fueran una solución después de todo.

Bizancio en su solar todavía transmite esperanza, puede provocar un nuevo Renacimiento, no todo está agotado, pero esta vez ha de ser más profundo, ha de viajar la creación hasta los oscuros orígenes de nuestra cultura mediterránea, cuando los balbuceos eran los primeros sonidos con el cual el ser humano dotaba de nombre y cualidad al entorno, palabras mágicas que creaban y destruían, época dorada de los inmortales, creación en estado puro, explosión divina.
Hemos de atraer a los dioses del arte, el rey cojo debe morir para renacer de nuevo, así el Grial podrá hacer su efecto. ¿Entiende el lector lo que aquí escribo? Muchos no, tal es el estado de postración cultural en que nos hayamos. Dedúzcase en estas líneas lo que se quiera.



Cabalgando en el limo y la sangre del delfín,
espíritu tras espíritu ¡ Rompen la inundación
los dorados herreros del Emperador!
Mármoles de la pista de baile
Rompen furias amargas de complejidad,
Esas imágenes que todavía
Nuevas imágenes engendran,
Ese mar que el delfín laceró y el gong atormentó.

Del poema BIZANCIO de W.B. YEATS.






“ La pintura es magia y la magia poesía “




R. CATALÁ EN CEFERINO NAVARRO


La obra de R. Catalá es de sobra conocida. Su impronta estilística se caracteriza por un detallismo minucioso, hiperreal, de los bordados y composiciones en sus obras, envueltos por una luz limpia, de origen indeterminado, como verbo generador de construcciones matéricas exhalado en luminosas radiaciones, que salva de un entorno oscuro, tenebroso e informe, las telas y objetos representados.
En esta exposición el pintor va más allá del estilo a él asignado, aclarando el entorno mediante tonos cálidos y agradables, descubriéndonos en algunas de las piezas colgadas qué se ocultaba en la oscuridad, apareciendo los suelos antes ignorados.
Transciende los materiales tradicionales para conseguir mejorar el grado de dicción plástica, estilizando el detalle y condensándolo en tenues trazos que resumen la realidad atrapada, surgiendo matices nuevos en cada una de sus obras. Sublima el dibujo para dar más protagonismo al color, a la cuatridimensionalidad, ya que incluye el tiempo y su devenir en cada uno de sus cuadros. Más aún, en alguno de ellos reproduce la tensión del movimiento, observando en el breve instante infinito que sugiere el cinetismo, atrapando el ambiente, el halo de la atmósfera serena que llena la estancia, la fuerza gravitatoria que sujeta todo y dirige los movimientos.
Ha ganado R.Catalá, en esta exposición, riqueza cromática, dimensionalidad, siendo más sutil su vocabulario pictórico, también en agilidad de expresión, resumiendo con economía la complejidad que la imagen encierra.



EL OCASO DEL TIEMPO


Manuel Domínguez en la Galería Ceferino Navarro


La sombra del tiempo extiende su faz sobre personas, objetos y edificios, dejando una impregnación rancia de sabor agridulce, según sea el recuerdo que encierra en la mirada de quien los observa.
La nostalgia surge en la memoria al contemplarlos, generando múltiples emociones que motivan el estado de ánimo del espectador.
Para conseguir transmitir en un dibujo estas sensaciones hay que saber con claridad qué se quiere representar, saber elegir el escenario y distribuir armónicamente en éste las personas y objetos.
M.Domínguez crea un cosmos acogedor, denso, polvoriento, cribado por el transcurrir del tiempo, agobiante a veces, barroco y exuberante, donde se describen sensaciones y recuerdos, añoranzas de épocas pasadas, el mensaje que los dueños han depositado en ellos, que a veces se convierten en murmullo interminable, oraciones al vacío o caótico universo de pasiones declamadas en letanías que quieren ser voz.
El pintor logra transcribir en sus cuadros este profundo mar de sensaciones mediante un dibujo preciso, una conjunción de colores vibrante pero no estridente, variado y elegante, portador de la idea del tiempo que se extingue.
Obras abarrotadas, ricas en historias relatadas en ellas. Cada vez que se contempla una nueva toma protagonismo, surgiendo al final la misma conclusión: nos aferramos a la fugacidad del instante queriendo ser eternos.
Conjunto de piezas poseedoras de una excelente calidad artística, interesante para contemplar, es la que ha expuesto M.Domínguez en esta Galería.





¿ Dónde estás Babilonia?





OCNOS


Raimundo Iáñez ha expuesto en la Galería Cidi Hiaya

De nuevo aquí tras un intervalo de silencio, pero no por ello me olvido de aquellas exposiciones que este otoño llamaron mi atención. En estos meses de enero y febrero donde unas galerías optan por presentar pintores ya consagrados que todo han dicho y poseen loas en exceso, mientras otras se contentan por ofrecer muestras colectivas, me centro en rescatar y llamar la atención de propuestas pictóricas acaecidas recientemente. Una de ellas es la ofrecida por R. Iáñez, interesante y de nombre Ocnos.
Ocnos y su burrito traicionero, lían y deslían la red salvadora, tratando de escapar de una realidad infernal que lo retiene para la eternidad. Triste castigo el dictado por los dioses, pero Ocnos prosigue, trabaja, lucha y no se hunde en la desesperación, a pesar de la opresión que aplasta su vida.
Es pretexto la figura de Ocnos en la obra de Raimundo Iáñez para expresar el relato visual que contiene el argumento del trabajo pictórico desarrollado, sobrio, de planteamiento teórico muy bien estudiado, original y mostrado con seriedad y desenvoltura. Son tantas las ideas empapadas en sus cuadros que
la contemplación es rica en tonalidades y matices, densa y generadora de sentimientos de aplastante tristeza.
El medio utilizado por R. Iáñez es la rigidez geométrica, con economía cromática, donde aparecen seres anónimos, sin rostro y características comunes, masa informe posmoderrna que triunfa sobre la individualidad, aplastados e inmersos en un Cosmos constituido por un dictado interminable, frases y más frases encadenadas entre sí, siendo grafía infinita que se esconde tras lo que la apariencia sugiere, ellas imponen la única realidad, pues cantan una existencia ajena a la verdadera que los sujetos anónimos sufren. Quieren escapar de su mundo, eligen cada uno la puerta de escape, intentan crear caminos hacia la luz, pero el burrito con su dictado deshace y mantiene todo en su orden.
Esta exposición es interesante, por la estructura del trabajo expuesto, la poderosa puesta en escena de la idea concebida y la frescura compositiva ofrecida por este pintor.



UNA MIRADA NOSTÁLGICA


Carmelo Castellano expuso en Ceferino Navarro. Continuando con la obra mostrada en el verano pasado, presenta piezas donde el color y la precisión del dibujo se aúnan para configurar formas sólidas generadoras de gravidez en el espacio del cuadro, que contienen un ambiente sosegado, lugar de encuentro, donde la geometría cabalga con el color para penetrar en el intelecto del pintor, que la descubre y anota dejándola impresa en el lienzo.
El color y la línea aparecen como guiño del artista, que sugiere al contemplar cada pieza sentimientos románticos, cargados de nostalgia, expresados con soltura, seguridad y elegancia, triunfando la fuerza latente que palpita en cada una de las composiciones.
C. Castellano pone en escena un trabajo que prolonga su anterior obra, pero conteniendo una mayor carga pasional, menos riqueza cromática, con abundancia de tonalidades oscuras, salvo geniales excepciones, que sojuzgan a las claridades, enriqueciendo el entorno con seres e imágenes que el espectador intuye en su imaginación.

Las piezas expuestas por Carmelo Castellano son sólidas, exuberantes, sugerentes y equilibradas, destilado del mundo clásico que enriquece su temperamento artístico, produciendo una obra interesante y de calidad.



                                            LA ALHAMBRA SEGÚN MOSCOSO


Trazo nítido, sublime, esparcido con la fuerza precisa generadora de impacto vibrante a la mirada. Es de esta forma como desarrolla Moscoso toda la obra que presentó en la Galería Granada Capital.
Crea espacios atractivos donde los contornos que abrigan las construcciones arquitectónicas se desprenden del soporte matérico presentándose, como si su parte espiritual fuera, para descubrir el nervio que recorre todo el monumento. Es el color del flujo que transita, y chispea el espacio circundante, para originar un clima deslumbrante, espejismo o ilusión, intuición prendida en el visitante que capta la magia allí presente.
El pintor relata esta estructura sensitiva con poderosa combinación cromática, desenfadada, valiente y desafiante, plena de armonía y diversión compositiva que descansa en un entramado lineal, cortante y rígido, letanía matemática traducida en formas geométricas, que luchan con el color por prevalecer en el cuadro, generando una tensión en la obra que se proyecta como torbellino impetuoso al contemplarla.
Moscoso juega con su ingenio ofreciendo los sentimientos que florecen en él cuando contempla la Alhambra, emociones y añoranzas, huellas del tiempo con ella siempre de testigo.
La impronta de la obra del pintor aparece patente, elimina lo superfluo y transciende hacia el fondo de la esencia que la imagen contiene.
Esta es la firma que deja impresa el artista en cada una de sus piezas.


LA SOLEDAD Y EL SILENCIO

A. Peñuela en la galería Xauen

Mundos etéreos donde el espíritu se encoge en la inmensidad de espacios solitarios, representación de lo eterno e inmutable.
Espacios ateridos y silenciosos, cuando el peso de lo inabarcable hace sentir su existencia, agobiando la mirada en la inanidad del ser.
Mundo gélido misterioso, soledad del alma que intuye la presencia que lo llena todo, no se ve, pero oprime con su halo por la grandiosidad que el rastro genera. Fluye, acaricia y palpita en el universo contenido en el cuadro.
A.Peñuela construye escenarios donde el Verbo se impone al vacío, declamando su Yo. Está ahí, aunque su imagen física no aparezca ¿ o acaso es así? Sólo el alma lo percibe.
Compone A.Peñuela piezas de factura elegante, jugando con economía cromática, sin gran variación de tonalidades, utilizando claroscuros, siendo el color protagonista único, cuyas densidades distribuidas con acierto describen paisajes ensoñados, en los que el sosiego reina con plenitud, ante su desnudez y la aridez de la imagen el espíritu se encuentra a sí mismo, reflexiona y persigue los destellos de la transcendencia que deambula por llanos y oquedades, declinando en mil y un espejismos cada reverberación que la uniforme luz expande. Elimina lo superfluo utilizando un lenguaje mínimo pero rico en múltiples sugerencias, gracias a su dominio del color, del concepto pictórico y del juego que las tonalidades crean. La habilidad del pintor se expresa en la parquedad del lenguaje usado y la riqueza del mensaje contenido en éste, únicamente logrado por aquéllos tocados por la gracia compositiva.
La obra realizada por A. Peñuela es apacible, atractiva y de bella factura, triunfando la calidad en cada pieza expuesta.



GRITOS DESDE EL AVERNO

Alberto Datas en el Centro Cultural CajaGranada. San Antón


Agobio existencial es la percepción primera que domina el ánimo al entrar en la Sala, una fuerza inquietante amenaza en el espacio voluptuoso nacido de las radiaciones de las piezas expuestas.
Alberto Datas ha construido una obra tensa, sobrecargada de emociones oscuras, que claman en la comprensión de quien contempla los cuadros un agobio existencial profundo, violencia visual asentada en el etéreo cosmos cromático, tras el barroquismo plástico que inunda todas las composiciones allí colgadas.
La opresión que las circunstancias imponen a la existencia, el ahogo en el mar mediocre y mediático, la búsqueda de la senda liberadora de la anulación del ser, es el tema central que mueve el genio del pintor. Descarga su energía en los trazos que recorren cuan surcos del arado en el duro terruño del inmaculado lienzo, desgarrando la inocencia del blanco con las huellas de la absurda y veraz realidad que inunda la mirada.
Gritos sordos tratan de comunicarnos algo... ¿qué? Están lejos de nosotros, no podemos percibir sus advertencias.
La trama sobre la que asienta el trabajo expuesto A. Datas es interesante, elaborada infinitamente por muchos otros pero resuelta con feliz solución por la habilidad plática del pintor, que sin complicarse la vida describe el entorno que lo rodea, usando técnicas clásicas, sencillas en el concepto y recargadas en el color, descarga de energía y protesta, tensión incrustada en el cuadro, que brota furiosa hasta obturar los sentidos. Estos elementos son conjuntados por el artista y crea obras que reclaman la atención por el acabado técnico correcto que presentan. Su contemplación se convierte en una meditación sobre el significado de nuestra sociedad, de las angustias que corroen desde el nacimiento hasta el final, y más aún, puede convertirse en una aventura al intentar descifrar el mundo oculto tras los rasgos rotundos y dolorosos, saber quien habita en los angostos avernos contenidos en cada una de esas piezas.





“ Ciudad fantasmal ¿ espectro o ilusión ? ”




PAISAJES : INTUICIÓN Y REFLEXIÓN

Gabriel Hernández Walta en la galería Ceferino Navarro.


Utilizo como título de este comentario el contenido en el catálogo de la exposición, porque encierran estas tres palabras en sí el significado auténtico del trabajo desarrollado por el pintor.
Juego entre abstracción, sencillez compositiva y figuración, es la base sobre la que se asienta el trabajo de G.Hernández Walta. Poderosa propuesta que gusta ser contemplada, sugiere placidez, requiere búsqueda en la retina y vence a la mirada.
La figura triunfa sobre el color, amortiguando la furia del oleaje cromático que agobia su imagen. Tonalidades uniformes que definen el espacio enmarcado en las que emerge la visión lúcida del pintor, que como rayo de fulgurante diafanidad se abre paso en las oquedades del lienzo, para mostrar el paisaje que oculta.
Ambivalencia que produce un efecto potente el contemplar la obra, entrevisiones que se abren paso en la cascada cromática, cuando la retina ebria de tanta energía radiante es débil en la capacidad de percepción.
Gabriel Hernández Walta realiza una obra armónica, de amplios espacios monocromos que muestran como guiño el paisaje revelado. Crea el efecto que el golpe de luz produce en la mirada con sencilla inteligencia, que por su simplicidad de soluciones se convierte en audaz, ganando fuerza el objeto central de la pieza trabajada, concentrando la atención para elevarlo como protagonista único del cuadro.
Bandas simétricas construyen sus piezas, equilibradas, generadoras de orden, emanadoras de sensaciones miles.
Este pintor enseña su calidad técnica, creando obras de agradable contemplación, que atraen la atención y sosiega el espíritu, aparte de la valía artística contenidas en cada uno de sus lienzos, ofreciendo felices conclusiones plásticas fruto de interminables horas de trabajo.



RELATOS DE LA VEGA

Cuando Francisco Carreño expuso en Jesús Puerto.


El cielo en todas sus tonalidades está siempre presente, testigo mudo de la existencia que fluye bajo su manto. Azules, grises, ocres, algún blanco o dorado y amplias tonalidades verdes, se conjugan para recrear estampas de paisajes en los lienzos de Francisco Carreño.

Horizontalidad y profundidad en sus cuadros crean la perspectiva para que al observar la obra de este pintor pueda comprenderse las sensaciones que quiere relatar en cada una de ellos, frío, soledad, silencio...tiempo que pasa inexorable.
En las piezas de F. Carreño transcurren varias historias paralelas, el cielo que presume mutando su apariencia, los árboles en su naturaleza variante, las casas impregnadas por las vivencias de sus moradores, cuyos ecos espectrales deambulan y son sentidos, las montañas que observan ajenas todo cuanto sucede ante ellas, y el ambiente, sosegado, intimista, donde el pintor imprime cada instante sentido en los cuadros expuestos.
El trabajo presentado es un canto a la Naturaleza, al nervio de la vida que vibra en cada imagen presente, expresado con un color intenso, no profuso en variedad, conjugado con orden, estratificado para generar gravidez y soportarlo en un dibujo limpio y preciso, rotundo, oculto tras el peso del color.
F. Carreño logra transmitir el sonido de la soledad en el campo, con todos los rigores del clima, gracias al dominio del lenguaje pictórico, con amplio vocabulario de formas y cromatismo. Supera el tono mediocre abundante hoy día, mereciendo ser tenido en cuenta en este comentario que escribo. Muy buena exposición de este joven pintor.



VISIONES

Carlos Morago, Justo Girón, Paco Carrillo y Evencio Cortina

Cuatro propuestas diferentes son las mostradas en la galería Ceferino Navarro. Se aúnan en ellas la representación del espacio, el estudio de todas sus posibilidades y expresión en el cuadro, donde la monotonía cromática se ve rota por el objeto que posa, la figura que surge en un rincón de su extensión o los detalles del paisaje.
Carlos Morago juega con la geometría, combinación armónica del color y la figura que se define en el orden plástico de líneas, en un océano de tonos suaves, consiguiendo introducir la tridimensionalidad en cada pieza que expone. Apareciendo siempre poderoso un amplio espacio vacío, definido por la imagen introducida que desvela la nada del entorno y da comprensión al cuadro. Estructuras rígidas, de sabor clásico que transcienden la figuración para presentar nuevos universos. Color, geometría y vacío generan profundidad en la obra, poesía, silencio, sosiego en un mundo tranquilo ¿ hay misterio también en ellos?
Justo Girón es más barroco, e intenta transmitir las mismas sensaciones a través de las imágenes que la naturaleza presenta, amplias zonas dominadas por tonalidades iguales se reparten en el cuadro, que estructuradas sobre un invisible soporte de áridas líneas producen un paisaje ordenado, profundo y sereno. Consigue lo que Carlos Morago con más variedad cromática y dibujo profuso. Espacios abiertos en el límite de la frontera, cuando cielo y tierra coinciden su abrazo en el mar, forman la base sobre la que se asienta el reto plástico que consigue plasmar en el lienzo.
Paco Carrillo es más tradicional, utilizando una dual construcción de composiciones clásicas y conceptos más actuales, que producen una sinergia entre sí que describen un espacio con sus dimensiones, donde la chispa de la vida y formas sinuosas generan un ambiente plácido y a la vez amenazado por el halo del misterio, alcanzado en el trabajo de los dos pintores que con él exponen.
Evencio Cortina intenta conseguir los mismos efectos con una pintura anclada en una estética recargada, trabajada con profusión en el siglo pasado, rancia, pero bien acabada, aunque estilísticamente divergente de los anteriores.
Las obras colgadas en esta galería poseen igual meta, cuya idea estética nace de conceptos homogéneos y de estilos distintos que indagan en las posibilidades que el lienzo y sus variantes contornos prometen. Cada uno de estos pintores deja su seña de identidad, alcanzando conjuntamente el mismo objetivo.
Interesante exposición, por la original perspectiva que los cuatro autores presentan en su trabajo pictórico.


CARIÁTIDES Y ATLANTES

J.L. Ortega en Ceferino Navarro


Las formas emergen del blanco profundo hasta configurar con su presencia un entorno presentido, convirtiéndose en poderosas definiciones de corporeidad pétrea, transmisoras de gravidez y sólida fuerza, afirmación de su existencia en el espacio enmarcado.
J.L. Ortega desarrolla una obra rotunda por la calidad de sus dibujos y el ánima depositada en cada una de sus cariátides o atlantes, donde el trazo firme del pintor, asociado a una sensibilidad extrema, consigue reflejar la imagen precisa, apresada en el lienzo, rescatándola del conjunto abigarrado del entorno donde están sumidas en la ignorancia de la mirada, conquistando protagonismo propio, salvada de la visión cotidiana que es ciega en detalles.
La mano del pintor rescata del conjunto, en trazos poderosos y pasionales, las esculturas que adornan puertas y fachadas, para proyectarlas como obras de arte, recuerdo de nuestro pasado clásico, canto a la perfección, razón y equilibrio.
La trayectoria delicada de la línea que transcurre en el blanco construye piezas de elegante serenidad, cuya contemplación agrada y transmite una apacible armonía.
J.L. Ortega muestra en esta exposición clase pictórica, dominio del oficio, debiendo empeñarse valerosamente, y sin titubeos, en el desarrollo de la habilidad artística que atesora.


Y DEL CAOS SURGIÓ LA IMAGEN
José Sánchez Jiménez en la galería Cidi Hiaya
Posee este pintor un trabajo equilibrado, sólido, apacible y sereno. Discurre su pincel seguro por el lienzo en trazos gruesos, cadenciosos, distribuyendo el conjunto cromático por todo el espacio blanco, hasta construir imágenes presentidas en la retina, ebullición del color que expone su fuerza a la mirada, conjugándose con el vecino para crear una marea de radiaciones, que producen temblor en el intelecto al ser contempladas.
J. Sánchez Jiménez estructura los colores hasta conseguir que del abigarrado caos, conformado por su presencia, surja la imagen vencedora. La línea ha sido superada, el color ejerce protagonismo, sea para desvelar un paisaje como reproducir el momento intimista ante un rincón de la casa.
La pintura de este artista es poética, tranquila, nacida del sosiego en la contemplación del entorno, relato de su universo con un lenguaje cromático exuberante de lirismo, bello al entendimiento.
A pesar del “clasicismo” que la obra de J. Sánchez Jiménez denota, es destacable la sencilla solución expresiva que en ella aparece, elaborada con una complejidad inicial que se resuelve fácilmente. Años de oficio y buen hacer pictórico se desprende al observarla.
Pintura agradable, comercial y de buen tono técnico, qué más se le puede pedir a un pintor, es la que se puede presenciar en la galería Cidi Hiaya.

LA MIRADA FUGAZ
Luis Orihurela Hervás en la Galería Cidi Hiaya
La pintura que comento es atractiva a la mirada, sugerente y de excelente desarrollo técnico.
Luis Orihuela sintetiza aquí el oficio pictórico que domina,transplantando en el lienzo la fugacidad de la imagen, presa del cinetismo que transcurre y difumina, fundiéndose con el paisaje para originar un torbellino cromático danzante, desestructuradas formas y colores, expresando con la imagen surgida por efectos de la velocidad el ritmo temporal.
El recuerdo acumula estas experiencias, aflorando en el pensamiento cuando son evocadas. La geometría se diluye en cúmulos de radiaciones portadoras de tonalidades varias, siendo relatada la esencia básica de la realidad, energía que brota, transcurre y evoca asonantes melodías cromáticas que ocultan armónicos compases.La intuición sensitiva del pintor descifra la partitura cromática del torrencial y enrevesado impulso energético visual que seduce al intelecto, componiendo una obra que gusta ser contemplada.
El movimiento deshace la realidad percibida y desvela el ánima que encierra la materia, diluida en color, variable con el tiempo, fugacidad inaprensible. Verdes, azules, grises y ocres, son las gamas de radiaciones que definen un hábitat, la cultura que crea, las vidas que condiciona su influjo, misterios adheridos a su piel, resplandor instantáneo que se esfuma en el presente y pierde intensidad cuando es pasado ya.
La Pintura de Luis Orihuela es una filosofía visual sobre la perennidad de la imagen, su futilidad y descomposición hasta descubrir al naturaleza íntima que posee. Todo es energía, apariencia y mutación.
Este pintor, al cual comenté una exposición en el Palacio de Santa Ana allá por 1996 en el desaparecido y glorioso Magazine
de Arte DADÁ, prosigue trabajando su estilo característico, consiguiendo extraer aquellos elementos fundamentales de su obra para exponerlos en las composiciones que ahora presenta.







BRAZAM, COMO SIGNO DE ESPERANZA
Brazam en la Galería Rprsntación
La definición del espacio, la materia que ocupa su extensión y el ambiente que llena y arropa lo tangible, es el gran reto del pintor.
Brazam supera el reto inicial impuesto ante el lienzo con soberbia soltura, ingenio y técnicas que nacen de conceptos claros y trabajados largo tiempo, producto de tortuosos y duros caminos explorados.
El color que se expande y fija, la imponente solidez que hace grávida la composición, los volúmenes informes de tonalidades amplias y desniveles cromáticos mayor, infunden a sus obras el vértigo que el vacío genera, a pesar de estar siempre el color presente, intenso y poderoso, que insinúa formas varias, tras las cuales surge un muro infranqueable, límite hacia la magia del poder infinito, para conseguir transformar con el pincel la realidad propia y acotar el espacio diseccionándolo en sus múltiples partículas.
Habilidad plástica para representar el vacío o simplemente un enunciado estético sobre el poder de la materia: la nada está ligada a la existencia. Puede ser también una propuesta y desafío plástico, indagando en la frontera del reverso de lo real. Posiblemente todo a la vez.
Brazam logra desconcertar la mirada, sumiendo el intelecto en el desasosiego del desconcierto. Todos somos materia y formamos un ente propio, la existencia es singularidad fugaz, es lo que nos comunica. La obra de Brazam permite elucubrar sobre la verdad que oculta nuestra realidad, siendo esta propiedad suya el sustento que justifica la genialidad que demuestra al elaborarla.
El artista se ha superado a sí mismo, mostrando su maestría y categoría plástica. El trabajo presentado es un signo de esperanza.





UNA MIRADA SINGULAR
N. Goldburg en la galería Toro
Entre las exposiciones varias que se han ido ofreciendo durante esta primavera he de destacar la de un pintor de gran valía.
Me refiero a Norberto Goldburg, de futuro amplio, técnica y estilo sugestivo, que nos muestra un vocabulario plástico de sólida expresividad, rotundo, apasionado, desgarrador y poderoso, transmisor del dolor profundo, donde la corporeidad se diluye en una atmósfera densa de cromatismo ardiente y plúmbeo. Dura perspectiva la que engloba los cuerpos apenas atisbados, deformes e incompletos, sumidos en un grito inaudible absorbido en la porosidad del color, que se inflama y condensa, rezumando la angustiosa tragedia de la opresión, viscosa sensación que se adhiere a los sentidos, comunicando la agonía de la materia fungible, definiendo el dolor de la existencia.
Norberto Goldburg continúa en la línea que se impuso hace años, pero ha estilizado su trabajo, difuminado formas, resaltando la importancia del lenguaje del color. Elimina trazos
superfluos, consiguiendo expresar con fuerza el discurso que sustenta su creación: la materia es dolor, el olvido de las formas borrará todo desasosiego.
La obra última de este pintor ha ganado cromatismo, desarrollando más fácilmente la idea que quiere relatar en el lienzo, apareciendo su pintura menos geométrica.
Ha alcanzado cotas de mayor dominio del arte pictórico, resultado del trabajo y reflexión, búsqueda continua por conseguir obras sintéticas y poseedoras de conceptos varios.







DE LA FORMA AL CAOS
José Benítez en la galería Cartel
La imagen se descompone en múltiples elementos que poca relación guardan entre sí, reconstruyéndose desde el caos la imagen deseada, que expresa la angustia de su compleja definición, equilibrio inestable a punto de ser nada.
Del conjunto nace la forma, su combinación es la que determina su variedad, el azar, o puede que el orden intencionado, describe el paisaje.
Los paisajes pintados por José Benítez surgen desde el desorden, atormentado y cortante, para mostrar espacios terribles que recuerdan cotidianos entornos.
Su pintura es original, pues consigue plasmar la idea que la realidad le sugiere, expresando la dureza de la vida en un medio hostil, también la composición de la imagen con elementos de origen común estructurados con acierto, para relatar espacios conocidos. Ambos logros se potencian para descifrar el universo sentido por el pintor, trágico, anodino bajo un grisáceo y monótono cielo, que carece de promesas y esperanzas para producir ensoñaciones de un mundo perfecto.
Todas estas ideas se desprenden al contemplar la obra de J. Benítez, la cual alcanza un acertado nivel compositivo, singular, siendo un soplo de aire fresco en el anodino panorama plástico granadino.
La exposición de este artista es digna de merecer ser recordada, por pasar como un fogonazo, apenas percibida por muchos, pero que ha satisfecho el gusto de quien ha tenido la suerte de contemplarla.







UN RELATO METAFÍSICO
F.Baiget en la galería Cidi Hiaya
Un relato visual sugestivo presenta Francisco Baiget en la galería Cidi Hiaya, de interesante técnica plástica comunicadora de sentimientos y aprensiones, que viven en el pensamiento del pintor e intenta transmitir para hacer partícipe a todos de sus reflexiones, pensamientos metafísicos que recorren la futilidad de la existencia, la nada relatada con los frágiles castillos de naipes construidos para perdurar ante el temblor del tiempo.
Expresa en las piezas que muestra la ilógica que preside la realidad que conocemos, la opresión que su opacidad produce, con un lenguaje pictórico personal, de tonos cálidos, usando una tensa radiación de luminosidad apagada que torna la blancura en dorado cobrizo, si no en ocres, grises y marrones, generando una atmósfera que potencia el mensaje contado.
La forma geométrica y el color se estructuran en los cuadros para desarrollar la idea pintada, siendo las figuras seres anónimos, la mayoría de las veces sin rostro, manchas gruesas que desarrollan su acción en el lienzo y dotan de nervio propio a la obra, creando un flujo interno que de forma cíclica, como luces intermitentes de fulgor intenso, repiten el objeto de la historia allí plasmada, reflexión filosófica pura que transciende hacia más allá de lo que aparentemente parecen describir, pues nos enseñan la imposibilidad de escape, aunque se intuye que hay algo, que incluso puede observarse, pero al final el problema es tan complejo que la solución es incomprensible, y el ritmo temporal gana la partida.
La habilidad y oficio del pintor logra transmitir todas estas historias, de forma amena sin dramatismo, con una combinación sencilla de líneas y colores donde la forma es mero pretexto, con bastante facilidad, que nos enseña el grado de calidad y estilo poseído por F. Baiget.












EL HOMBRE PENDIENTE
Hugo Wirz en el Centro Cultural CajaGRANADA. San Antón Sala A
Hugo Wirz expone en Granada, ofreciendo un conjunto plástico donde la geometría impera y sienta su fuerza, configurando un espacio en el que los volúmenes, dimensionalidad, energía que fluye y deambula por los soportes matéricos de su obra, expresan un universo aplastante, duro y rígido, a pesar del convulso caos que se presiente en su seno. Poderosas sensaciones emanan de las piezas que expone, declamadas con garra para transformarse en melodía estridente que genera inquietud y enerva, transportada en notas de geometría hiriente, torbellino que simula dinamismo para ser absorbido como ímpetu espiritual que se convierte en emocionante sinfonía cromática, racional, a veces fría y cortante. El conjunto de las piezas expuestas en la sala potencia entre sí este efecto, sumiendo al espectador en un cosmos áspero, descomponiendo la lógica y produciendo un choque emocional que despierta el espíritu, a pesar de la apariencia de rigidez impuesta por un orden matemático. En sus composiciones se ocultan el desorden dominado por el azar, que conjuga la caótica disposición de los elementos presentes y los proyecta hacia una realidad instantánea que simula lógica en su estructuración, siendo espejismo sólo por el tamiz externo que la apariencia dicta a su obra. El orden se desvanece en la mirada para representar el impulso vital que mueve todo lo real, cambio y permanencia, ese es el mensaje que parece comunicar.




H. Wirz alcanza a construir este entramado pictórico tras permanente estudio, enseñando una obra teñida de rotundo clasicismo vanguardista y elaborada con digna sinceridad, contribuyendo a esperar que tras múltiples experiencias pictóricas surja el chispazo que logre despejar un poco más la nueva estética que todos aguardamos.




























DE CUANDO C. BELLOSTA EXPUSO EN CEFERINO
NAVARRO
Es a veces emocionante contemplar un cuadro, implicarse en su trama y comprender el misterio que encierra, la poesía latente que describe el ritmo interno que sustenta la creación de todo lo que contiene y explica, la magia del cosmos que vibra en la composición de formas y colores.
C. Bellosta utiliza la ambivalencia de luces y sombras, grises, tonalidades oscuras y claridades, para relatar paisajes que surgen del estado anímico del pintor, que traduce el instante iluminado en evocación lírica para transplantarla en el cuadro.
Genera misterio la observación de las piezas mostradas, en las horas cuando la noche combate victoriosa o en retirada, cabalgando las huestes de la oscuridad en fiero fragor por imponer su fuerza, dependiendo su futura suerte del momento dictado por el reloj.




El rectángulo enmarcado se tiñe de múltiples tonalidades que producen el efecto buscado, espoleando sensaciones de inquieta desazón, cuando el espíritu se libera de futilidades cotidianas para encontrarse desnudo ante la realidad evanescente,

entre el ser y la nada, proponiendo como posibilidad la existencia de una senda hacia la trascendencia, sueño o premonición, todo está en el pensamiento humano.
C.Bellosta logra reproducir esta escenificación de conceptos de complejidad extrema, con un trabajo pictórico de alta calidad plástica, originales y de buen tono comercial, avanzando en el descubrimiento de novedosas experiencias en la expresión de sentimientos e intuiciones, sólo posible de explicar en las dimensiones de un cuadro, a través de los espacios ocupados por las radiaciones del color que discurren en su interior.


































“ El pintor transcribe la realidad mágica”





















































EL DARRO SEGÚN PEPE MOLERO
Galería Jesús Puerto
Una geometría de presencia intensa, marcada con líneas de poderoso trazado, son descargadas con fuerza que junto con el color que se derrama en sus contornos producen espacios en los que la energía llena el ambiente y explota en la mirada, siendo la imagen resultante un recuerdo potente de sólida arquitectura pétrea, arrasada por la acción del tiempo que va grabando en cada una de las superficies pintadas retazos de recuerdos e historias infinitas, relato de sus moradores, y las huellas del ciclo interminable de las inclemencias que azotan.


Pepe Molero pinta este barrio de Granada, siendo característica que da personalidad propia el río Darro, lugar donde se desarrollan las sucesivas construcciones que se suceden con los moradores que se turnan en su ribera. Desgarro y pasión son las notas dominantes en las piezas creadas, convirtiéndose en
vida íntima que palpita en el cuadro, originando efectos de dimensionalidad en la rotundidad del artificio de líneas y

colores, que desborda la obra para expandirse en el entorno que la acoge, generando una conexión con ella para que el espectador se adentre en sus secretos y sea partícipe de los misterios que encierran, de las vivencias contadas en cada uno de sus trazos, pretexto de Pepe Molero para intentar fundirse con la eternidad que rezuman las paredes de los edificios que aparecen reflejados en las piezas pintadas.
El pintor presenta composiciones estructuradas de forma armoniosa, que absorbidas de color desprenden su exceso, originando un golpe visual que impacta y atrae, pudiendo interpretar las sensaciones que nos ofrece. Y lo consigue con inteligencia, conocimiento del oficio pictórico y la gracia plástica que traduce en interesante lo ya manido por muchos otros.
Por su calidad merece esta exposición ser rescatada del pasado.






























“ Las voces de los que no están vagan por el páramo estéril “
























































POR LOS CAMINOS DEL AGUA
J .Girón en Ceferino Navarro
La expresión lírica puede poseer otro tipo de soporte distinto del vocablo o de la letra impresa; notas musicales, imágenes esculpidas o plasmadas en el lienzo, pueden suplir y superar con éxito los límites impuestos en el marco literario, excediendo la descripción de las sensaciones que espolean la creación del artista, pues el lenguaje es más rico y amplio, con mayores recursos para describir la percepción sentida.
La conjunción de formas y colores ofrecen un medio al pintor para contarnos la idea poética que impulsa toda su creación. Para ello ha de estar dotado de gracia creadora, de intuición para captar los reflejos de la trascendencia y el espíritu sensible que vibre de emoción al encontrar en la imagen observada parte de su ser en el instante vivido.
La obra expuesta por J.Girón demuestra este discurso previo, pues parte de él para recitar sus vivencias de éxtasis íntimas.




Apacible y tranquila discurre la imagen plasmada en el cuadro, siempre amplia a la mirada, fijada a la faz de la superficie, sin importar qué hay arriba, sólo el horizonte, casas, campo y agua, siempre ella, generadora de vida, arteria de trayectos infinitos que muchas veces oculta misterios sin fin.
En medio de este sencillo escenario está el pintor, que al igual de quien disfruta su obra extiende la presencia, soledad y afirmación del ser que comulga con el entorno para comprender la existencia, otras veces escruta la realidad para captar el halo invisible de lo que tras el telón se esconde, otorgando de ritmo interno todo cuanto es, uniendo lo real y la nada, cielo y tierra, tiempo y eternidad.
Justo Girón posee un dibujo realizado con nervio que aparece preciso, potente, aunque difuminado por el color que expande su influencia, fusionándose entre sí, originando la composición lírica en la imagen impresa.





























“ La Naturaleza susurra sus secretos “















































EL PAISAJE SENTIDO
A.Cantero en la galería Xauen
Son frecuentes las exposiciones en Granada donde las obras mostradas poseen temáticas y estilos similares, es lo que gusta y vende pueden contestar muchos, también constituye un tipo de pintura de calidad, bastante trabajada y agradable al público, podría argumentar otros.
La pintura figurativa, paisajes y motivos urbanos, son el tema común de casi todas las propuestas plásticas ofrecidas. La mayoría de ellas aparecen como hojas caídas, resto de un fulgor, reelaboración de técnicas y estilos demasiado usados, sin aportar novedad alguna. En los mejores casos sólo muestran la habilidad preciosista del pintor. En algunas ocasiones, muy escasas, surgen pequeños destellos en las piezas expuestas, dentro de este tipo de temática, que aportan conceptos y soluciones distintas en la composición plástica.


Este es el caso del pintor malagueño Antonio Cantero Tapia, que ofrece obras de rico colorido, dibujo perfecto y buena estructuración compositiva, atrapando la luz en sus varias declinaciones del día, presentando la fuerza que imprime al paisaje, su poder disolvente de la forma, erigiendo se en

protagonista última del cuadro. El lugar y motivo son simples excusas para que la hora solar triunfe en sus destellos múltiples, reproduciendo la esencia de la imagen, la impronta que en la retina deja, el conocimiento del lugar por la reverberación que caracteriza las superficies que ilumina. Según el instante solar así es la percepción del paisaje sentido.
A. Cantero posee una obra de gran valía, distinguida por las anotaciones estilísticas propias que sugiere al espectador.







































“ Del mar surgieron blancas superficies marmóreas, recuerdos del esplendor”






















































CANCIÓN DEL VIENTO
Rafael Valentino en la galería Ceferino Navarro
Paisajes, cielos y mucha agua, son elementos comunes de la gran mayoría de exposiciones celebradas en nuestra ciudad durante los últimos tiempos.
Rafael Valentino nos ofrece un trabajo bien elaborado y agradable, estructurado y elegante. Usando colores cálidos compone piezas de aceptable calidad plástica, donde el color se esparce y armoniosamente distribuido representa las imágenes que emocionaron al pintor.
En estos cuadros la abstracción fuerza el orden del espacio pintado, induciendo la conversión de lo representado en un caótico baño cromático, que nunca se produce.





La tensión entre el ser y la nada es el soporte de la obra expuesta, que impregna todo el rectángulo para producir la brisa que recorre los campos, cristalizada en el instante de su captura por el pincel. Esta corriente que quiere ser pero encuentra impedimento en su expresión, se interpreta como golpe visual simulador de corriente aérea, en un cosmos que ansía ser apacible y estable, pero el desorden subyace en su artificio.
Rafael Valentino utiliza técnicas complejas para ir más allá de la propuesta dominante en las artes plásticas granadinas, exponiendo ideas y conceptos pictóricos originales, sin salirse de los moldes que interesa al público no versado en vanguardias y tendencias artísticas, constituyendo una apuesta valiente hacia una novedosa dicción que dote de singularidad su discurso plástico.
































“Entre ruinas y silencios surgió la imagen de la ciudad añorada, espejismo sólo, preludio de un futuro esplendoroso.”





















































UN DESCUBRIMIENTO INESPERADO
Elena Laura en la Sala A del Centro Cultural CajaGranada San Antón





Grata sorpresa aguarda al peregrino del arte, sumido en el ambiente otoñal acompañado por la melodía de hojas muertas. Sol tibio que discurre en la mañana, monótona rutina, en el bullicio de la calle cuyos escaparates anuncia la pronta Navidad.
Cuando se va a contemplar la exposición deseada se presume más o menos lo que puede encontrarse en ella.
¡ Sorpresa ! La mirada se excita y el intelecto es preso del sobresalto, pues se ha revelado el oasis donde la calidad pictórica ejerce su poder.


Elena Laura presenta un conjunto bastante interesante, con una expresividad plástica de composición compleja y resultado poderoso. Obra rotunda y sólida, delicada como el cristal, condensadora de los destellos que la luz deposita en ella, resultando su triunfo en la retina. De profunda concepción artística por el magnífico nivel alcanzado en la materialización del concepto plástico en los cuadros colgados. He de destacar entre otros “ Querido Don Quijote, quimera con duelos y quebrantos” extraordinaria construcción plástica y “ Siempre haces que se enamoren los lápices y la Letras” auténtico impacto visual, armoniosamente concebido y donde figuras, colores y la oportunidad del momento al captar la humilde imagen de cotidianos instantes, hacen que sea una obra soberbia. Sin embargo hay que objetar que la selección de las piezas expuestas podría haber sido mucho mejor, sobran aquellas con motivos florales y secuencias del agua.
Con un dibujo sumido en una compleja estructuración poliédrica de múltiples miradas, resumidas en el espacio enmarcado, genera la autora piezas de elaborada composición e inteligentemente pensadas, resultado de la habilidad de Elena Laura para conjugar tonalidades de raíz cromática análoga, donde las formas están diluidas por el color, creando la construcción de cada una de las diversas áreas que las conforman una liberación dimensional para que los conceptos de la pintora se desarrollen y explique.
Exposición elegante, desarrollada desde la vanguardia clásica para descubrir nuevas vías para trabajar la pintura, que seduce la mirada, agrada y convence, recogiendo el pensamiento en la reflexión común con la autora. Bella y singular muestra, expresión de conceptos novedosos que nos introducen en el cosmos ignoto de futuras creaciones plásticas que rompen el bajo tono reinante. Muy buena apuesta plástica de Elena Laura en su obra expuesta.













“ De las ruinas de Alejandría podría renacer la Belleza”

















































CYRK
Daniel García Vázquez en el Centro Cultural Caja Granada. San Antón, Sala B


Más de lo mismo, es lo que se ofrecen en las exposiciones de pintura en Granada, siendo cada vez más difícil destacar obra alguna de los pintores que muestran su trabajo.
A veces surge la diferencia, aquello que destaca de la mediocridad, a pesar de no estar dirigido hacia los horizontes de la innovación, y sugiere ideas novedosas dignas de tener en cuenta. Se entra en la Sala donde cuelgan sus cuadros y, a pesar de los conceptos preconcebidos, aparece la grata revelación atrapando la mirada e incentivando el interés. Esto me ha ocurrido con Daniel García Vázquez, que aunque sin ser obra embriagadora del intelecto destaca por su gracia compositiva y técnica de dicción plástica, susurrando que el autor puede alcanzar cotas de singular originalidad.

Su trabajo constituye un ejercicio pictórico, donde consigue plasmar en el retrato la sicología de los personajes, siendo su dibujo perfeccionista, desvelándose sus figuras en un halo de soledad, intimismo, captando la veracidad del sentimiento en el gesto. El rostro es una máscara que esconde la realidad de la persona.
El trabajo de Daniel García Vázquez es sugestivo, interesante... pero siempre dentro de los parámetros de lo visto últimamente en Granada, pudiendo ofrecer más, pues cualidades y técnica pictórica sobran al pintor. Su obra bebe de la historia artística del siglo XX, expresándola de forma original, desenfadada y con desparpajo, solo asumible a la habilidad contenida por este artista que ha de liberar su ingenio para alcanzar obras de gran calidad. Y eso, si quiere, va a suceder.
































“ Las ruinas están teñidas de recuerdos “





















































LA ALHAMBRA SEGÚN PIEDAD LOZANO
Piedad Lozano en Jesús Puerto
Hay monumentos que su construcción y diseño encierran claves ocultas por los moradores que los erigieron.
Existen lugares que emanan energías telúricas, poderosas fuerzas que influyen en todos los seres que habitan el entorno. Los edificios allí construidos son expresiones arquitectónicas de las energías que fluyen, son definición y relato de los genios que engendra.


También son catalizadores y condensadores de tales fuerzas, sirviendo como centros de poder, influencia y acceso a la eternidad. Camino hacia la perfección, cristalización sólida de la fórmula divina. Esta imagen del cosmos, presente en la Alhambra, aparece representada en las piezas expuestas, orden y caos, serenidad, armonía y belleza, exuberancia y paz, canto a la existencia de un paraíso presentido, destello de la presencia del Creador.

Es muy frecuente el tema de la Alhambra en la pintura que se muestra en Granada, no aportando nada a la plástica innovadora, constituyendo una pintura obsoleta y cateta.
Pero sin embargo hay pintores que saben expresar emociones y discursos estéticos sobre lo que sienten al contemplarla, consiguiéndolo al poseer una capacidad técnica y sensibilidad artística especial, que difiere de la común mediocridad y expresa originales propuestas de trabajar lo que muchos elaboran carentes de gracia compositiva.
P. Lozano sabe transmitir estas sensaciones en su obra, realizada con alta calidad plástica, con un dibujo limpio y delicado, envuelto todo en una atmósfera rojiza, con tonalidades ocres y verdosas que otorgan fuerza a las composiciones.
Al reflejar sus fachadas y patios, estancias y pasillos en un cuadro, aparece el halo mágico de los entes que deambulan por sus espacios. En los jardines aparece pintado el azar, la suerte que decide libremente los destinos, escritos pero indescifrables por las infinitas emociones que ofrece.
Los cuadros de Piedad Lozano muestran escenarios sujetos a una geometría rígida, que quieren ser matemática impresa, descripción del ritmo universal que late en todo lo creado.










DE PIEDRA, CAL Y AGUA
Franchu Medialdea en la galería Jesús Puerto
Más y más, pero más y mucho más... es lo de siempre. Aunque dentro de los motivos comunes que todos los pintores muestran en Granada, en los últimos tiempos, es posible rescatar de la tónica dominante algunos artistas que intuyen maneras nuevas de abordar la composición plástica.
Franchu Medialdea ofrece en su exposición rasgos distintivos que auguran trabajos futuros interesantes. De la obra colgada se obtienen conclusiones varias; de la arquitectura con temática granadina se extraen soluciones compositivas destacables, pues juega con la ambivalencia entre dibujo y color, cromatismo que quiere ser único, derramarse por el cuadro entero y en un complejo escenario armónico llegar a la abstracción de la imagen, energía que danza en la retina para crear un ritmo sinérgico en el entendimiento, generando gozo en el sentimiento hasta arrebatar la voluntad por el paisaje sentido.






Pero las líneas ejercen su fuerza, marcando el límite o frontera de la lógica real que impera en las formas, siendo la razón directora de los sentidos.
Este pulso entre geometría y color impulsa en la mirada un torrente vital que se refleja en el cuadro, siendo el trabajo de F.Medialdea el resultado de las emociones que le recorren cuando recrea la mirada, la desazón ante construcciones de figuras enmarcadas en rígidas estructuras y el resplandor luminoso traducido en tonalidades múltiples, que producen un íntimo susurro en el intelecto.
Por todo lo anterior merece destacarse la obra de Franchu Medialdea.

































“ En la soledad del páramo, todo yerto y baldío, sólo sal como fruto único, se erguía majestuosa la ciudad sostenida en el espejismo, respuesta al anhelo del soñador. Ciudad añorada e invisible, pero real en la Historia”















































DERRIBOS GEOMÉTRICOS
J.A. Muñoz en Centro Cultural CajaGranada. Sala San Antón B.
La Sala B de Caja Granada en San Antón mejora en la calidad de los pintores que va presentando en las últimas exposiciones.
De florecitas y paisajes tópicos granadinos, arbolitos y ensoñaciones poéticas recurrentes, han evolucionado las muestras pictóricas hacia campos de calidad aceptable, prometedoras de nuevos tiempos; siempre estoy con la misma idea ¡ pero es tan necesaria la llegada de aires nuevos! que facilitarán la llegada de novedosas formas de entender la pintura.
Ni pintura clásica ni deformidades que quieren ser vanguardistas, sólo se aspira a la creación mágica que enamora la mirada, seduce el intelecto y arrebata las emociones, estableciendo un diálogo permanente con el sujeto que contempla la obra de arte y enriquece su cotidianeidad. Ahí está el concepto sublime de lo bello, subjetivo, pues depende del gusto personal de cada uno. Señores, Picasso no tenía razón ¡ Más madera!





Voy a centrarme en la exposición objeto de este artículo, la que presenta J.A. Muñoz, magnífica, donde espacio, geometría y color, aderezado todo con mucha energía, representa el tiempo caduco que transcurre en la solidez grávida del cuadro. Dentro de un ritmo temporal cadencioso, cuando la mirada se cristaliza hasta el infinito, degustando el flujo de los instantes con fruición, que tras su paso dejan sabor amargo de la nostalgia e ideas sobre la futilidad de vivencias pasadas, cuyos actos y preocupaciones se difuminan en la inanidad de la trascendencia.
Espacios tranquilos, espacios de contemplación, reflexión intimista plena para quien contempla su obra. Excelentemente estructurada, fresca, desenvuelta y digna de sobresalir de entre la común mediocridad.
La obra de J.A. Muñoz merece destacar entre sus coetáneas y considerarse semilla de futuro.






























“ Ba, ba, ba, los bárbaros balbucean. Benditos sonidos primitivos, primeras palabras que permitirán brotar de nuevo la verdadera Belleza.”





















































LA VOZ DEL SÉPTIMO DÍA
Gotzon Cañadas presentó en la galería Cartel una original muestra escultórica distinta y de calidad, donde el concepto plástico del artista se materializa en las piezas que crea.
Fruto de su trabajo investigador surgen formas sólidas que abarcan con su halo el entorno, apareciendo un cosmos que nace de su influencia y presencia, generando una atracción e interés poderoso que potencian la atención.
Atención que se traduce en el intelecto en un lenguaje hermético, constituido de formas y signos, expresados en materiales diversos, madera, aluminio, hierro, vidrio... que quieren ser un lenguaje único que exprese el sonido de la creación, las voces íntimas que anidan en G.Cañada, también su definición de la realidad.
Este conjunto de esculturas, que se convierten en grafías tridimensionales, elaboran mensajes transmisores de la fantasía del autor, que traduce los genios que sustentan la imagen tangible, engañosa a veces, ofreciéndola en todas sus declamaciones, conociendo el trasfondo de su verdad.
Constituye una mitología singular, donde cada signo hecho escultura es la propia razón de su existencia. Sonidos cristalizados del eco de la letanía creadora que quiere mantener su poder emanador de vida, materia y espacio, tiempo y calor, poderosa conjunción de ideas en torbellino constante que produce figuras y símbolos, múltiple sucesión , azar y predicción, caos y orden, victoria de lo tangible, esparciendo vibraciones hasta donde abarca su presencia.
Los volúmenes construidos seducen la mirada, recorriendo contornos de suave evolución, tacto visual aterciopelado, que si sonido fuera agradable nota musical conformaría. Estos eslabones de bello entendimiento forman asociados un intento que quiere relatar la impronta de la Belleza, reflejo de la Única Voz, origen de la totalidad.

Voz que perdura en su eco, en los destellos que se esparcen inagotables en el Sétimo Día.


La obra de G. Cañada es un extraordinario esfuerzo, que quiere trascender los conceptos plásticos más allá de lo que otros intentan ofrecer como lo último en el concepto actual plástico.
En la obra de G.Cañada se detecta el reflejo de los pilares de nuestra cultura, lágrimas del pasado que recuerdan la vuelta a tiempos heroicos, donde el mito era posibilidad, definición de lo captado por los sentidos.
Este escultor posee intuición natural para expresar las ideas que mecen su obra, técnica elevada para realizarla con soltura y precisión, además de conocimiento producto de su investigación, ofreciendo todo como una apuesta personal indicadora de retos novedosos en el Arte.












“ Destellos desvelaban el horizonte en la fría madrugada”























































CUANDO LA FLOR Y LA LUZ SE ABRAZAN
E.Asunción expone en la galería Rincón del Arte
En la común y rutinaria apuesta plástica de muchas galerías de arte, a veces surgen interesantes muestras con rasgos diferentes que denotan destellos de calidad y superación de la modorra pictórica actual; exposiciones fútiles, calcadas a sí mismas y su pasado. Otras quieren ser intentos innovadores, pero vacías de ideas originales, que terminan en burdas expresiones reflejo de la incompetencia de sus autores.
Hay que buscar, y el premio viene al encuentro. No es para volverse loco y cantar sus glorias, como sucede en la gran mayoría de los casos, pero el objeto deseado es intuido por el rastro que deja en la mirada.
La galería Rincón del Arte es nueva, busca alcanzar un rumbo seguro y de calidad en las exposiciones que ofrece. En la última de Enrique Asunción parece ir aclarando su destino.
No es vano lo afirmado anteriormente, pues en la obra mostrada, salvo dos o tres piezas que sobran, se percibe un conjunto de fortuna artística elevada, que partiendo de parámetros convencionales, y apartados de la vanguardia clásica, ahonda en el concepto de lo que debe ser una obra de arte: gustar, hacer reflexionar y demostrar la valía profesional del pintor.
En las piezas de E. Asunción se percibe el rastro de la luz, desestructurada en múltiples tonalidades, desgranando la melodía cromática en cada una de las notas que la configuran.
Colores de luz descompuesta atraviesan la solidez vítrea o reflejan conformando composiciones novedosas, son recogidas en cada uno de los cuadros, siendo las figuras que en ellos están

pretexto sólo, porque lo importante es la luz, ella es la que dicta las formas, crea su tiempo interior.
Hay piezas que relatan al contemplarlas historias de final vario, cuentos inconclusos, fugaces, determinando su desarrollo la curiosidad del espectador.


El trabajo de E.Asunción es exuberante, complejo y de colorido barroco, estando sustentada la composición por un ritmo temporal lento, apacible y sosegado. El dibujo es traspasado por la mancha cromática, que exhibe toda su potencia y lozanía, fuerza impresa, que afirma en la retina la voluntad de existir. Deposita con rotundidad cada trazo, vitalidad que se transforma en mirada serena, triunfante finalmente sobre la agobiante realidad, intrascendente y rutinaria.
Este pintor ha conseguido elaborar una obra de excelente técnica, bien trabajada y portentosa intuición plástica, al poder transmitirle inteligencia propia que hace sea posible su diálogo con todo aquel que la contempla.


JUAN ONTANILLA EN RINCÓN DEL ARTE


Curiosa e interesante exposición, cuyas obras responden a los elogios anteriores por su calidad y buena elaboración técnica, desarrollada inteligentemente y trabajada con intuición más genialidad compositiva, para desarrollar piezas que causan impacto a la mirada, agradan y atraen, siendo el poso que dejan en el intelecto fulgor puro, luz que desvela el interior del ser, llena y causa gozo, creando un vínculo sentimental con la obra, de explicación imposible, pero justificada por la atracción y deseo que suscita.
J.Ontanilla nos presenta una obra desenvuelta y fresca, dentro de lo ofrecido por otros que sin embargo alcanza a conocer como ofrecer nuevos destellos de belleza plástica, de agradable sosiego.
Hablar de dibujo dominado o armonía en la composición cromática huelga, pues la contemplación de sus piezas da respuesta a toda interrogante. Sobrado en estos aspectos está el pintor, siendo absurdo comentar sobre ellos. Sí es interesante destacar la magia de su intuición, graciosa alegría que desborda el rectángulo enmarcado, con sobria precisión, contenida y preñada de sensaciones varias que atrapan el interés.
Gusta su obra y aporta nuevas ideas para crear, poseyendo buena calidad artística. Muy buena exposición.


















































“ Es de noche, el silencio reina y agobia al espíritu. Hay que estar alerta, los bárbaros aguardan”






















































LIRISMO MÁGICO
Josep Baqués en la galería Ceferino Navarro
El título que utilizo en este artículo es el mismo que da nombre a la exposición de J.Baqués. Lirismo y magia son dos conceptos que definen la pintura, voluntad de ser y transformar, ejerciendo su influjo y fuerza en los espíritus sensibles a toda manifestación artística.
El intento del oficio plástico es difícil, hay que estar dotado de la técnica adecuada, de ideas claras y sobre todo de una mirada transparente.
En los cuadros expuestos por J.Baqués se aprecia el esfuerzo del pintor por conseguir relatar un cosmos único, cargado de simbología y reflexiones metafísicas. Expresar argumentos nuevos en las piezas elaboradas es bastante complicado, se intenta y el resultado es de conclusión común a lo ofrecido por otros, salvo algún brillo que sugiere posibles vías de superación.
En la obra de Baqués se conjuga renacimiento, gótico tardío manierista, bizantinismo y simbolismo decimonónico, conjuntados por un cromatismo compacto, áureo y verdoso, cálido y empapado de sensaciones añejas.
Existe un halo en las piezas colgadas que les da nervio y carácter de actualidad plástica, su descripción onírica con elementos del cubismo y cierto tufillo de la pintura de los sesenta. El resultado concluye en obras que gustan mucho en latitudes anglosajonas, muy apreciadas artística y comercialmente.
Baqués desarrolla un dibujo preciso, describiendo la complejidad compositiva de su obra con soltura y maestría, inmerso en un mar cromático reluciente por el sol del ocaso, brillo cárdeno preludio de la fría madrugada.






La pintura que este pintor exhibe está correctamente realizada, propuesta con un enfoque personal sugestivo y de muy buen tono comercial. Las tablas ofrecidas por J.Baqués en esta exposición constituyen un conjunto interesante que cumple con la función de gustar al espectador.























“ Ya se oye el retumbar de los caballos. Su llegada es inminente”




















































ALUSIONES DE JUAN GARCÉS
Juan Garcés en la Sala B de CajaGranada en San Antón
Exposición de muy buena calidad plástica es la ofrecida por este pintor, mostrando frescura en sus obras y composiciones desenvueltas, ágiles a la mirada y de cromatismo potente, que refleja fuerza desgarradora que ahonda y hace más intenso el discurso ofrecido por el autor.
J.Garcés nos presenta una realidad dura, desgarrada, en la que los individuos se enfrenta a la soledad, a su asfixiante presencia que impide sean transmitidas las emociones, ser objeto de su atención, ahogados en la indiferencia del individualismo que no entiende de solidaridad alguna. Mundo cruel, violento, que sienta su garra tras cada instante vivido, creando ausencias sentidas, espera permanente con la esperanza que todo haya sido un sueño, pero el tiempo transcurre y la verdad impone su faz amarga. Siglas, fechas, tiempo, números... todo recuerda el dolor, su impronta en el espíritu, la crueldad reinante en nuestra sociedad humana.
El pintor alcanza a relatar estos conceptos con piezas muy bien concebidas, de diseño singular, aparentemente espontáneas e intrascendentes, aunque largamente trabajadas previamente, desarrolladas con maestría y concluidas de forma rotunda. Logra impactar en la conciencia, haciendo reflexionar y sacudiendo la mirada de su rutina cotidiana.
Consigue J.Garcés componer obras de colorido rico, variado y grávido, en un cinetismo que simula la intranscendencia del momento, el ritmo del reloj que arropa el movimiento. El dibujo es traspasado por el color, tomando protagonismo la idea plasmada en cada cuadro.


Fuerza, tensión, desparpajo en la elaboración de las piezas y conceptos claros exhibidos, son las características que definen la obra de J.Garcés, siendo un autor valioso que hay que tener en cuenta por sus futuras producciones plástica.
Muy buena exposición la ofrecida por CajaGranada en San Antón, que confirma la mejora de las muestras que presenta en la actual temporada, siendo reflejo del cambio del panorama pictórico que se está produciendo en Granada.













LA SOLEDAD COMO LEMA
Romartínez en la galería Rincón del Arte
No importa definiciones, ni estilos vacuos, afirmadas por mentes estériles que repiten textos publicados, la razón de la explicación de una obra de arte radica en la emoción que suscita, mueve y atrapa la conciencia, generando sensaciones varias para atrapar la mirada y provocar la reflexión. Estas definiciones no dicen nada, solamente son validadas las experiencias de los espectadores ante una obra que seduce la mirada; el sentimiento que recorre su ser es lo único importante. Lo demás no vale nada.
Romartínez crea una obra interesante, donde la soledad, los espacios opacos que agobian la existencia, triunfando ante la angustia de la opresión reivindicando su presencia de forma sólida y contundente, construyen un mundo único de seres anónimos que buscan una salida a la opresión cotidiana, de la gran mentira que define y decora su aparente realidad, están perdidos y buscan ayuda, siendo la respuesta en la mayoría de los casos la soledad, la prueba individual que cada uno debe de superar, la suerte dictada por la Parca personal que el capricho del destino asigna a cada uno.
Figuras grávidas que afirman su ser, la voluntad de pertenecer a un universo, aunque sea delimitado por el marco del cuadro. Es el pintor quien dota de vida a sus criaturas, transmitiéndole magia, deambulando por las piezas expuestas, solitarias y anodinas, inmersas en su obsesión por salvarse de un asfixiante escenario que intuye artificial. Están perdidos en un ambiente apacible, radiante, acogedor, suave y tranquilo, que sin embargo es opaco al horizonte, neblinoso, embustero y embriagador, que engaña el intelecto.



Romartínez define el cotidiano devenir, amable y sensual, pero engañoso e incierto, solo apercibido por espíritus sensibles que exploran el camino liberador, pero éste no existe o se oculta a la mirada.
El pintor describe en el relato recitado por el conjunto de piezas expuestas esta idea que sustenta el discurso que vibra en cada una de ellas, produciendo interés en el espectador y desazón ante el vértigo de existir.
La obra de Romartínez está desarrollada de forma inteligente, muy bien expresada, felizmente desenvuelta aunque poseedora de una trágica carga de ilusiones marchitas por la desesperanza, confirmando la triste opresión en la que la persona está condenada. ¿ Hay alguna salida? Sí, parece decirnos, la esperanza late en sus cuadros.
Construye piezas de construcción armónica, de simplicidad sólo poseída por el pintor que ha podido alcanzar el grado de sabiduría plástica que permite relatar con lo mínimo un torrente de ideas y sensaciones. Merece ser tenida en cuenta.


LA PINTURA ES MAGIA
Antonio Sánchez González, Tom, en la Sala B de CajaGranada en San Antón
La pintura es sentimiento expresado intensamente mediante figuras y colores, simbología gráfica y energética que comunica pasión, emoción, y la mayoría de las veces magia.
El Invisible es percibido por la mirada agraciada del pintor, independientemente del escenario, grandioso o en la mayoría de los casos sencillo. Intenta captarlo, inmovilizar ese momento y traducirlo en el lienzo, como si de un alquimista fuera en pos de la Imagen de Belleza absoluta, que extasía en su contemplación y funde la mirada con el Infinito. La emoción del instante es cristalizada por el sentido agudo del artista, que presiente el estado especial vivido y lo plasma en su obra.
Esta habilidad o don no puede ser poseído con el oficio aprendido o estudiado en escuela alguna, sino que surge en la persona, en sus sentidos, en su corazón.
Antonio Sánchez González es un artista dotado de la divina gracia que permite contemplar lo imposible a la razón, relatando sus experiencias en paisajes y arquitecturas típicas, pretexto y soporte para expresar el contenido del éxtasis emocional generado por el roce del halo del Áurea Divina, Voz creadora de lo existente.
En su obra el color atrapa y subyuga a la geometría de las formas, extendiéndose y yuxtaponiéndose para construir un entramado complejo, denso, inmerso en el resplandor. El dorado poderoso, verdes y ocres triunfan en cada una de sus piezas, escritura metafísica que quiere representar lo inalcanzable a la lógica. Líneas y cromatismo se conjugan de forma armoniosa, equilibrada, transmitiendo sosiego, compartiendo el disfrute de ese tiempo “ mágico” con el espectador.

No ha asistido a escuelas o facultad alguna A. Sánchez, y no le ha hecho falta haberlo hecho. Es un autodidacta cuyo oficio brota del corazón, del espíritu arrebatado ante el Éxtasis.


No está contaminado por la decadencia artística actual, pinta ajeno a modos y tendencias, quizás excesivamente clásico y anticuado, pero traduce el color, lo declina en todas sus posibilidades y convierte en un lenguaje rico y original, atrapando el intelecto al comunicar el susurro de los genios ocultos en los pliegues de la realidad.
Lo importante de un cuadro e agradar, gustar y describir una idea. A. Sánchez Lo consigue con soltura, pues entonces ¿ qué más se le puede pedir a este gran pintor? ¡ Si otros hablan es por impotencia!








TRAMPA
Juan Manuel Reyes en la galería Jesús Puerto
Agitación cromática que desprende radiaciones de serena contemplación, es el efecto que se produce en la obra de Juan Manuel Reyes. Este joven pintor muestra un trabajo plástico alegre, espontáneo en el resultado y atractivo a la mirada. Elabora piezas con materiales sencillos, configurando un cosmos ajado por el tiempo, donde la impronta del transcurrir cotidiano deja su imagen. Todo es fútil, y sin embargo en el momento de su aprecio posee gran valor. Desde la perspectiva del futuro es una huella adherida al recuerdo.



Las figuras se desvanecen en la memoria, siendo el color, y las sensaciones del instante, las que perduran. La emoción del momento va confundiéndose con la fuerza cromática, quedando diluida en la lejanía del pasado.
J. Manuel Reyes consigue expresar estos conceptos con soltura e ingenio, utilizando materiales simples, componiendo

piezas equilibradas, armónicas y de agradable percepción. Desarrolla la deformación de la imagen al desvanecerse en el color, expresión de la luz, verdad y respuesta única de la realidad. Su obra desprende serenidad y elegancia, suscitando además interés y reflexiones varias al contemplarla.
Este pintor posee técnica y estilo original, mostrando un trabajo singular y fresco, digno de tener en cuenta.







































“ Y una luz fulminó la mirada, preso del resplandor intuyó la verdadera naturaleza del futuro. Convertido y ciego quedó, no hace falta contaminar la mirada, ...vacío...vacío...vacío... Lo que llamamos real es evanescente. “




















































ICEBERG
Abraham Lacalle en CAJAGRANADA, Sala A de San Antón
Caos cromático, espasmo visual que fulmina el intelecto, es la impresión primera que recibe el espectador al contemplar la obra de Abraham Lacalle.
Muestra con rotundidad en un espacio múltiple pequeñas piezas adheridas, construido sobre un entramado invisible, creando en su conjunto una disonancia “armónica” como sinfonía abstracta, que con notas de atonalidad manifiesta recrea los sonidos de las oscuras profundidades que la mente oculta.
Caos tremendo, expresión del terror y desazón suscitada por la existencia, si de un grito fuera. Colores fuertes, rojos, azules, marrones intensos, veteados con el blanco, se amalgaman queriendo ser afirmación de vida. Lucha y orden ante la adversidad de la descomposición, dictada por el tiempo. Cada pieza es como un grano cayendo azaroso en el reloj de arena del dios de las horas.
La intensidad del color inunda el entorno diluyendo las formas, reflejando el agobio que su contemplación produce. A. Lacalle narra en su obra la visión personal de la ciudad poseída en su mirada, interpretada a través de vistas aéreas que la lógica no reconoce, con arquitecturas imposibles, cuando la irracionalidad quiere explicar la percepción del pintor.
Las piezas colgadas emanan frescura, energía, y alegría al contemplarlas, sintiéndose recorrer en el espíritu una emoción profunda, poderosa vibración que genera vitalidad.



Su obra es desenvuelta, elaborada con elementos clásicos vanguardistas del siglo veinte. Es estimulante de contemplar.




EL SUSURRO DE LA CIUDAD
Valentín Agrela en la Galería Abdera
El jienense Valentín Agrela expone en Granada, presentando una obra interesante, desenvuelta y alegre. En ella los colores triunfan y se expanden, danzando en la mirada al unísono del ritmo que la vibración de la urbe moderna genera.
Se vislumbran en sus piezas neblinosas perspectivas que envuelven el paisaje de la ciudad, espacio de hormigón que se erige vertical hacia el Olimpo, como si nuevas torres de Babel fueran, desafío de los titanes.
Colores agradables, bruscos y poderosos a veces, conforman un conjunto de disonía visual, que transmite el pálpito que caracteriza los tiempos actuales.
Pintura densa y sólida, desarrollada con soltura, es la desarrollada por V. Agrela, mostrando la frescura que guarda en su percepción plástica. Sus cuadros son poderosos, ofreciendo en algunos el desgarro de la textura simulada en su faz, dotando de nervio el cuadrado enmarcado.




Sabe este pintor agrupar tonalidades varias para construir entramados de complejo cromatismo, atrayendo la atención del espectador, transmitiendo el murmullo, desasosiego, la realidad rota continuamente, en el devenir diario.
Elabora V. Agrela una pintura inteligente, atrevida, aunque enclavada en la tradición clásica de la abstracción, consiguiendo impactar y atraer. Ahí está su mérito, también la habilidad que ofrece en cada pieza acabada.
Aire fresco en la plástica granadina, es la aportada por este buen pintor.



TUNEL ETERNO
Victoria Civera en Palacio Condes de Gabia
Instantes de la ciudad, fugaces y desapercibidos en la mirada, atrapados por el pintor otorgándoles categoría de mágicos momentos. Colores fuertes, intensos, azules, marrones, rojos y morados, se conjugan con tenues tonalidades celestes, verdes y amarillas para generar un contrapunto que da fulgor a la obra, cuando penetra en la mirada. Soledad, ensimismamiento, vivencias ajenas al devenir del entorno transcurren en la imágenes captadas.
Geometría rotunda enfrentada al color, que produce el efecto de una coral cromática, donde el nervio vital del mundo, contaminación, desasosiego... que inunda las ciudades brotan con potencia.
En la obra de Victoria Civera emergen las obsesiones que guían los valores de nuestra sociedad: sexo, vida y muerte, placer y destrucción, gozo y dolor, estados límites que producen novedosas emociones, liberadoras del hastío que la cotidiana realidad ofrece, saciadas todas las necesidades, perdidas las ilusiones, término de un ciclo vital, preludio de la senectud, esperando a los bárbaros.
La artista con materiales varios crea una atmósfera plástica, que ahora se llaman propuestas estéticas, correcta y de fácil interpretación, deambulando el espectador dentro de las obras, convirtiéndose en un elemento más de ella. Participa y le da vida, temporalidad, ritmo. Conoce la autora las técnicas de dicción escénica, donde la plástica es el soporte fundamental y motivo último. Crea la ocasión de la interacción entre la autora y el que observa su obra, construyendo un diálogo enriquecedor, impregnando las piezas todas de interpretaciones varias, más vale decir sensaciones.

V.Civera ofrece composiciones interesantes que transciende la dimensionalidad doble para introducir en las coordenadas de las tres dimensiones y tiempo la construcción de su creación, de las sensaciones, siendo escenario onírico donde el visitante desarrolla sueños y pasiones, consiguiendo comunicar el estado gozoso y postrero del mundo occidental.



EL PINTOR Y SU ENTORNO
Rafael Moreno Massía en la galería Ceferino Navarro
Objetos del pasado portan impregnados recuerdos de momentos vividos. Felices, pasionales, dramáticos... transcurridos con poderosa emoción que transmiten sus vibraciones al ambiente circundante, depositando su magia en materiales y lugares.
Guardar algún objeto presente en esos momentos ayuda a recobrar su vigencia, salvando del olvido imágenes pretéritas. No es el lugar u objeto en sí el protagonista del recuerdo, sino la imagen que lleva asociada a éste. Se intenta grabarla para rememorar el tiempo fenecido. La pintura es la mejor forma posible de guardar las sensaciones vividas, traduciendo la fatiga del pintor en fuerza transportada del recuerdo que se deposita en el cuadro, transmitiendo energía a través del color, de las líneas y contornos, simulando el cosmos que antes existió. Todo es cambiante pero la emoción del instante sentido permanece inmutable, siendo depositada en la pieza pintada.
El objeto sencillo, pobre y olvidado es rescatado y elevando a rango de protagonista, irradiando un pálido reflejo de la inmortalidad. Es así por lo que se entiende el arte pictórico como un ejercicio mágico, relato místico del pasado, tamizado por las sensaciones del pintor, que relata sus experiencias y pensamientos.
Rafael Moreno Massía rescata del tiempo perdido las emanaciones de los recuerdos, aprehendidos en los restos de realidades caducas. Todo objeto o lugar transmite sensaciones, de seres visibles e invisibles, que enriquecerán el intelecto, como idea abstracta interpretada en forma de gozosa plenitud.


Este pintor con una técnica precisa desarrolla un dibujo limpio, escueto, dominando el color, cuya conjunción con las líneas generan formas teñidas de vida y nostalgia, inmersas en un universo imperfecto, añejo, a punto de romperse, expresado muy bien por los manchones esparcidos en la obra, que dan fuerza a la composición y comunican la idea que el artista quiere relatar en el cuadro. Su realización es un gesto genial del pintor, que indica la separación de la rigidez geométrica y cromatismo, para expresar un mundo intimista, rico, reflexivo y sugerente, reino del silencio, espacio de paz. Consigue subyugar la imagen y empaparla de sustancia vital, grafía interpretada por la mirada.
Su pintura es sencilla aparentemente, poderosa por la estructura compositiva que soporta la obra y agradable de contemplar, superadora de fútiles intentos expuestos por otros en el actual panorama plástico granadino.







ECOS DEL VACÍO
Carmelo Trenado en la galería Jesús Puerto. Mayo 2006
Fuerza y curiosidad provocan un estado anímico especial en el espectador que lo predisponen a percibir ecos en espacios imposibles, creados en el cuadro. Esta sensación es la que surge al contemplar la obra última de Carmelo Trenado.
Este pintor de dilatada trayectoria ofrece un trabajo de calidad, perfectamente estructurado, producto de su gran experiencia plástica y horas de investigación.
Su obra genera variedad de pensamientos, oscilando ante ella entre la serenidad y la agitación que la inquietud de lo escondido suscita. Una vaporosa pátina cubre la realidad del fondo en cada pieza pintada, o acaso es ilusión. El espectador intuye al observar cada una de ellas mundos velados, espacios que se presumen más allá.
C. Trenado configura realidades inaccesibles a la mirada, que relatan temporalidades con ritmo propio. Estas realidades se desvanecen, siendo imposible descubrir su esencia, difuminándose en un caos de líneas inconclusas y tonalidades varias, descomponiendo el orden geométrico en una danza conjunta, entablándose una confrontación entre orden y destrucción, inmutabilidad y vida generadora. Quizá sea todo un espejismo, un juego de prestidigitación del artista. Al final sólo se encuentra el velo que todo cubre, un vacío pavoroso, inquietante y terrorífico. Todo lo demás es nada.
Carmelo Trenado ha elaborado una obra de gran sobriedad por los materiales y colores usados, poderosa a la mirada y de solidez compositiva, trabajando el concepto último de la imagen, su comprensión, jugando con el entendimiento del


observador y expresando el sentido metafísico que encierra su idea de la fugaz existencia.


Con poderosa energía, fulgor de técnica que arrasa la tabla pintada, ha conseguido un conjunto plástico que nos describe su paso al más allá de la creación, cuando con lo sencillo se producen grandes obras en la pintura.
¡ Hasta luego!






Girando y girando en círculo creciente
el halcón no puede oír al halconero;
todo se desmorona; el centro ya no puede sostenerse;
la anarquía está suelta por el mundo,
la marea enturbiada por la sangre; en todas partes
la ceremonia de la inocencia está ahogada.
Los mejores de convicción carecen, mientras los peores
llenos están de intensidad apasionada.
Sin duda que una revelación es inminente,
Sin duda que un Segundo Advenimiento es inminente.
¿Segundo Advenimiento! Apenas he pronunciado esas palabras
cuando una basta imagen salida del Spiritu Mundi
inquieta mi visión: en las arenas del desierto
una forma con cuerpo de león y cabeza de hombre,
una mirada como el sol, sin piedad ni expresión,
mueve sus lentos muslos, y en torno suyo
retroceden sombras de aves iracundas del desierto.
Cae otra vez la oscuridad; pero ahora sé
que veinte siglos de este sueño pétreo fueron agitados
hasta tornarse pesadilla por una cuna que se mece,
¿qué bestia violenta, llegada al fin su hora,
para nacer camina inclinada hacia Belén?

EL SEGUNDO ADVENIMIENTO de W.B. YEATS

LA MAGIA DEL INSTANTE EN LA PINTURA



No hay comentarios:

Publicar un comentario