lunes, 1 de junio de 2015

LA PINTURA DE PEPE MARTÍN


VIAJE HACIA EL AMANECER

 Autor: Pepe Martín. Título: Elogio a la Naturaleza. Lugar: Galería Ceferino Navarro. Fecha: Hasta el 2 de junio.

 Decía hace veinte años, el gran crítico de Arte Francisco Gil Craviotto, que la pintura de Pepe Martín era fiel heredera de los bodegones del siglo XVII español. Este pintor poseía un fondo oscuro en sus piezas, del cual surgía el fulgor del verde y dorado, en sus tonos añejos, sobre un mobiliario abatido por el trascurrir del tiempo. Sin embargo su producción artística cada vez iba siendo más luminosa, de forma suave, casi imperceptible, notándose el cambio al comparar sus obras de distintas fechas alejadas. Los bodegones van ganando vitalidad, fuerza, luciendo un resplandor de lozanía los frutos distribuidos sobre los muebles y soportes. La pintura de Pepe Martín siempre ha contenido calidad, peso compositivo, fuerza, pero el autor ha apostado por el reino de las claridades, ofreciendo escenas de intensa frescura, limpieza visual, palpitación en las formas, elegancia en los tonos usados, introduciendo en sus fondos atisbos de una figuración difusa, que quiere ser abstracta, flotando en un mundo de realidades intuidas, evanescentes y desdibujadas en el recuerdo, casi ocultas por la bruma de la intención del pintor, que define así el papel secundario asignado en la pieza. Es también una propuesta dirigida al observador, para que sueñe y se introduzca con su imaginación en los campos de la fantasía. Predominan los fondos nacarados o de azul pálido, disuelta su solidez para servir de acariciante apoyo de las formas puestas en el óleo. Es un trabajo elegante, actual, no rutilante en los efectos de la luz cuando se derrama en los vasos y jarrones, que brilla contenida, para no romper la sensación tranquila que su contemplación genera. Existen algunas piezas que recuerdan el pasado del pintor, conformando el conjunto una propuesta de alta valía plástica.
Juega Pepe Martín con las formas y la luz, obteniendo figuras de poderoso realismo, sobre un fondo de composición cromática, que en algunos trabajos toma protagonismo diferente. Muestra un lenguaje de rico colorido, concisión en los efectos luminosos, de ecos tonales internos. Rescata de la historia el bodegón para exponerlo de forma rotunda como actual, sin huir de la imagen real.

 

 

 

 

 

 

 
 
 

 

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