EL TIEMPO PACIENTE
Autor:
Albert Sesma. Título: Ciudades del Mundo. Lugar: Milenium gallery.
Fecha: Hasta el 11 de febrero.
La urbe moderna es descrita en la obra
de Albert Sesma. El pintor va apuntando los destellos que inundan sus
espacios, cuando siente el peso de la impresión que su grandeza
produce, preso del asombro por la linealidad, geometría y
estructuración de los edificios, expresión de los sueños de
superación de los límites y muestra de poder. En el desarrollo de
su idea atraviesa el deslumbramiento por la arquitectura clásica,
por la huella que el hombre imprime en sus construcciones, cuan
jeroglífico que describe la esencia del lugar habitado. El artista
elabora este concepto con densidad de tonos luminosos, sea con un
colorido vibrante, de pulso visual intenso, azaroso en el espacio,
acompañado por el tiempo solar, que se desliza hacia la extinción
del color en algunas piezas, representando muy bien la rutina del
recuerdo efímero, el yugo que aprisiona la libre fantasía. El ánimo
del pintor se introduce en el espacio del cuadro. Extingue en algunas
composiciones la diversidad radiante para concentrarse en la
conjunción de tonalidades. Es ingenioso al narrar el espíritu de
las ciudades, la disolución del individuo en la masa, la pérdida de
su protagonismo ante los colosos de cemento y metal. Este mundo
tecnológico se contrapone con el transcurrir paciente, establecido
para degustar la belleza, el placer de vivir, la humanidad del ser.
El color expandido en sus múltiples
posibilidades de tonos abundantes, en la sociedad industrial,
refulge, se abre vigoroso en su desafío ante la imagen extinguida de
tonalidades, sin solución de exhibición cromática, sujeto al
contraste de claridades. Es una confrontación entre el
deslumbramiento, seducción y anonadamiento, ante la complejidad de
la polis y la aplastante existencia impuesta por los días de luz
triste. El artista nos da su visión gozosa unas veces, perpleja y
contradictoria en otras. Es un discurso expositivo, luminoso, rico en
matices, de profundo pensamiento, plasmado en un dibujo preciso y
color equilibrado, que permite un lenguaje iconográfico, desenvuelto
y ágil; es un diálogo entre el bullicio del color y el susurro de
los grises. Esplendor y monotonía, alegría y apatía, se combinan
en ella. El autor no refleja fríamente esta realidad, sino que
introduce su sentimiento en cada una de las piezas.
A.Sesma presenta una obra dinámica,
actual e inteligente, muestra de un realismo crítico expresado con
lucidez y calidad.
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