ÚNICO
EN SU ESTILO
Autor:
Carlos Pérez Siquier. Título: La Playa. Lugar: Patio de Luces de la
Diputación de Almería. Fecha: Hasta el 3 de julio.
Almería
esta definida por la luz, por el brillo de sus rayos cuando confluyen
en la árida superficie, multiplicando sus brillos, resplandor
eterno, que impregna la mirada para perpetuarse en el recuerdo.
Carlos
Pérez Siquier describe Almería desde todas sus caras a través del
tiempo, yendo más allá del mero costumbrismo o denuncia social,
pues bucea en la esencia de la imagen, queriendo extraer el ánima
luminosa del reflejo impreso. Indaga en la magia de la fotografía,
en el tiempo detenido, más bien contenido, en cada instantánea,
para poder evocarlo sin agotarse. En este viaje de miradas atrapadas,
construye relatos para describir el carácter de sus gentes, mediante
expresiones estéticas que trascienden las formas para definir el
detalle, el color y la sensación del ambiente, en un tiempo que
fluye cíclico, pues la escena no permanece estática, sino que se
repite sin cesar.
Carlos
Pérez Siquier nos presenta en esta ocasión un conjunto de
fotografías, la mayoría de ellas no expuestas antes, en el que
organiza un artificio estético, sustentado en una profunda reflexión
sobre la naturaleza humana, siempre acompañado por el paisaje
almeriense.
Centra
el autor su objetivo en el detalle extraído de su conjunto,
repitiendo la serie de instantáneas en una rutina intrascendente,
cuyo engarce logra crear una sensación de puro dinamismo, que tras
su paso fugaz, deja en el poso de la mirada la idea central de su
propuesta plástica. El azul siempre está presente en estas piezas,
la imperfección y su contraste, la libertad despreocupada de los
bañistas, y la luz, siempre la luz, que da fuerza al cromatismo
impreso. Salva de la figura el detalle, mostrándolo como forma
sinuosa, curiosa, distinta. No se fija en el todo, como tampoco en la
búsqueda de la armonía visual, sino en la despreocupación del ser
humano, cuando se encuentra a sí mismo, sumido y postrado ante el
esplendor de la playa, quien parece dirigir su voluntad, para
seducirlo y asimilarlo en un todo extraordinario. La persona se
presenta como tal, buscando el abrigo del Sol, la liberación de la
rutina. Pérez Siquier capta el sentido de esta realidad, y en la
definición del relato fotográfico traspasa la idea de
representación, para explorar el sentido de la mirada cotidiana,
aquella no sujeta a razón, sino al transcurrir de los pasos del
tiempo inconsciente que pasa.
Podría
situarse esta instalación de Pérez Siquier en alguna tendencia
artística, pero supera toda clasificación, siendo único en su
estilo.
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