domingo, 30 de junio de 2019

LA PLAYA SEGÚN PÉREZ SIQUIER

ÚNICO EN SU ESTILO

Autor: Carlos Pérez Siquier. Título: La Playa. Lugar: Patio de Luces de la Diputación de Almería. Fecha: Hasta el 3 de julio.

Almería esta definida por la luz, por el brillo de sus rayos cuando confluyen en la árida superficie, multiplicando sus brillos, resplandor eterno, que impregna la mirada para perpetuarse en el recuerdo.
Carlos Pérez Siquier describe Almería desde todas sus caras a través del tiempo, yendo más allá del mero costumbrismo o denuncia social, pues bucea en la esencia de la imagen, queriendo extraer el ánima luminosa del reflejo impreso. Indaga en la magia de la fotografía, en el tiempo detenido, más bien contenido, en cada instantánea, para poder evocarlo sin agotarse. En este viaje de miradas atrapadas, construye relatos para describir el carácter de sus gentes, mediante expresiones estéticas que trascienden las formas para definir el detalle, el color y la sensación del ambiente, en un tiempo que fluye cíclico, pues la escena no permanece estática, sino que se repite sin cesar.
Carlos Pérez Siquier nos presenta en esta ocasión un conjunto de fotografías, la mayoría de ellas no expuestas antes, en el que organiza un artificio estético, sustentado en una profunda reflexión sobre la naturaleza humana, siempre acompañado por el paisaje almeriense.
Centra el autor su objetivo en el detalle extraído de su conjunto, repitiendo la serie de instantáneas en una rutina intrascendente, cuyo engarce logra crear una sensación de puro dinamismo, que tras su paso fugaz, deja en el poso de la mirada la idea central de su propuesta plástica. El azul siempre está presente en estas piezas, la imperfección y su contraste, la libertad despreocupada de los bañistas, y la luz, siempre la luz, que da fuerza al cromatismo impreso. Salva de la figura el detalle, mostrándolo como forma sinuosa, curiosa, distinta. No se fija en el todo, como tampoco en la búsqueda de la armonía visual, sino en la despreocupación del ser humano, cuando se encuentra a sí mismo, sumido y postrado ante el esplendor de la playa, quien parece dirigir su voluntad, para seducirlo y asimilarlo en un todo extraordinario. La persona se presenta como tal, buscando el abrigo del Sol, la liberación de la rutina. Pérez Siquier capta el sentido de esta realidad, y en la definición del relato fotográfico traspasa la idea de representación, para explorar el sentido de la mirada cotidiana, aquella no sujeta a razón, sino al transcurrir de los pasos del tiempo inconsciente que pasa.
Podría situarse esta instalación de Pérez Siquier en alguna tendencia artística, pero supera toda clasificación, siendo único en su estilo.




























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