miércoles, 4 de diciembre de 2019

SOBRE LA OBRA DE MANUEL FALCES


LOS ESPACIOS INVISIBLES DE MANUEL FALCES

La fotografía puede ser una vía de conocimiento de la percepción humana, pues no se limita sólo a la captura de la luz, del detalle, escena insólita o paisaje evocador de sensaciones, sino que mediante la transgresión de la realidad puede reconfigurar su orden, introduciendo el signo que induce la idea oculta, alterando la percepción del observador, para conseguir llevarlo a la conclusión deseada. El fotomontaje, y la gradación del color captado, organiza un entramado visual que cobra vida propia, desarrollando de forma independiente historias nuevas, introduciendo al espectador en un universo particular, trasladándolo a dimensiones atemporales e irreales.
Manuel Falces fue un artista que colaboró en la construcción del movimiento intelectual que definió la Almería mágica, ahondando en los recovecos de sus espacios, buscando el aura que llena su ambiente, el pálpito que se esconde en las sombras de lo perceptible, el mundo oculto donde habita lo extraordinario. Espejismos extraídos de lo sueños.
Desarrolló una obra de gran inteligencia compositiva, siempre crítico sobre el derrotero en el cual se había sumido la fotografía, instantáneas sometidas a la perfección de la tecnología, a la literalidad de lo visible, manidos momentos cromáticos en los que se desenvuelven los paisajes. Este creador plástico se internó en el lenguaje poético de la imagen, eligiendo el verbo visual de la comprensión metafísica, utilizando relatos de simbologías múltiples, profundas reflexiones sobre el devenir de la sociedad actual, explorando en los rincones mohosos de la conciencia. Cuando no utilizaba el fotomontaje jugaba con la oportunidad luminosa, regulando sus tonos, siempre envueltos en sentimientos melancólicos, soledades que discurren por los páramos vacíos de los campos almerienses.
Su trabajo fotográfico fue raspando las superficies de la imagen, adentrándose, capa tras capa, en la sustancia que modula la existencia tangible, buscando el halo invisible que se intuye en ellas. En su obra seriada “La habitación secreta”, se desprende la perdida y desorientación, el miedo a las oscuridades, mas prevalece la atracción hacia la entrada a estancias desconocidas, tras el rastro de entidades etéreas. En “Almería ...un lugar en el tiempo”, libera su campo de exploración, construyendo en las “Catedrales del agua” los universos sensitivos soñados.
Manuel Faces reconfiguró la técnica fotográfica, para convertirla en instrumento de expresión plástica, según un lenguaje lírico particular.


























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