domingo, 30 de enero de 2011

DÍAS DE FUEGO

En la oscuridad de la noche, profunda y fría, se pierden sin rumbo los fuegos de artificio.
Estridentes , brillantes,vuelan ruidosos los cohetes, convirtiendo las horas nocturnas en auténtico festival de colores fugaces, imágenes etéreas que como la fantasía son inaprensibles.
Noche de San Antón, aterida y ardiente. El fuego rompe en su viaje sin puerto el negro océano del cristalino cielo invernal.Destellos cromáticos se conjugan para retirar los espíritus saturnales, que dueños del ambiente imponen la muerte.Sus sonidos rasgan el silencio helado , ahuyentando los espíritus que en la noche imperan.Verdes intensos, amarillos aúreos, blancos chispeantes y rojos evanescentes , se suceden y confunden.
Por eso como rito iniciático , y también rememoración , los hombres lanzan al espacio helado sus cohetes y carretillas , explotando rompedores de la faz tenebrosa del sol negro.
Los espíritus del mal son asustados ante estas luces cuya presencia violentamente aparece. Así son conjurados , espantándolos del aire para que dejen paso al esplendor solar.
Esta noche mágica representa el combate entre la luz y las tinieblas, esperando con ello invocar la estancia de los días bonancibles. Este sortilegio es una ofrenda, por el riesgo que conlleva el rito, y además un recordatorio para que las estaciones se sucedan.
El dios solar lucha con la diosa madre, o Júpiter con Saturno,da igual, lo viejo es vencido por lo joven, reemplazándolo y renovando la vida.
Son muchas cosas, mezcladas, confusas, pero ahí están en la memoria de todos, juguetes de las creencias y quien sabe si de los dioses también.

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