sábado, 1 de enero de 2011

EXPOSICIÓN DE MIGUEL SAN PEDRO

La pintura es el ejercicio de la trascripción de la luz en el lienzo, siendo el resultado diverso, según la pericia de la mano que esparce colores o recorre con su trazo la superficie enmarcada. Algunas veces se queda en un pastiche más, otras en la reiteración común que funciona comercialmente, no dice ni aporta nada. En escasas ocasiones surgen destellos singulares en la obra de un pintor, que lo distinguen del resto dotándolo de personalidad artística. Este es el caso de Miguel San Pedro, que arriesgando por el trillado camino de los paisajes, marinas, estampas de nuestra ciudad más algún lugar tópico, muestra detalles técnicos interesantes. Presenta una impronta lumínica particular, donde juegan las variaciones tonales del color en ondulaciones perfectamente engarzadas, evolucionando hacia la frontera de la extinción de las formas para fusionarse en la totalidad del ambiente. Color y luz, energía radiante que vibra en la mirada.

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