viernes, 7 de enero de 2011

SOLEDADES DE INVIERNO

Soledades de invierno, frías y oscuras . La noche toma asiento en horas antes luminosas, extendiendo su negra tinta, sólo vencida por leves puntos que brillan desafiantes.

Aire fuerte, lluvia presentida, fuerza tremenda contenida en el ambiente. Las hojas caducas presas son de la voluntad del viento, rotas y vencidas despojos son ya.

Luces tintineantes, sólo alumbradoras de la brisa sin rumbo, nubes oscuras que presagian tormenta van avivando este aliento de larvas y lemures.

Mientras, la noche transcurre perezosa, ondulante y fría como un reptil. En este tiempo los cálidos rayos de los días esplendorosos toman fuerza en la añoranza, y sin embargo... todos estos sentimientos emergentes ahora aparecen suaves, dulzones y embriagadores. Van llenando mi espíritu, sirviendo de vínculo con el mundo externo, ayudándome a conectar con las fuerzas naturales, que están aquí y cuya presencia la mayoría de las veces ignoramos.

La noche transcurre, y yo viendo las gotas en la ventana, cómo se deslizan y los cuadros abstractos que en el cristal van sucediéndose.

Un coche pasa, su ronco motor rasga el sonido nocturno. Pero tras su paso los silbidos del aire y el rumor de las ramas azotadas por él, dueños serán de nuevo.

El tic tac del reloj invade cada rincón de la habitación, un perro lanza sus aullidos al espacio nocturno, los cristales traquetean, y yo mientras, observo el tiempo que fluye, empapándome del instante mágico de esta madrugada.

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