domingo, 30 de enero de 2011

PREMONICIONES

Crepúsculos premonitorios de tiempos dorados, preñados de sugerencias futuras, son como aparecen en febrero. Delicados, cristalinos, gélidos muchas veces, pero cargados de la buena nueva del tiempo que aguarda.

Febrero es indecisión, sí, es el mes en el cual se produce la quiebra entre la persistencia del rigor invernal , o la entrega a las mieles de estancias cálidas. Estos días son fin y retorno, el punto intermedio donde la duda es continua; Apolo empieza a sentirse fuerte, alza su voz y rompe con rugidos la espesura fría que marchita la vida.

Febrero es el final del trayecto, estepa árida encostrada y vacía; pero la vitalidad aúrea quiebra heroicamente la estancia de Helor, haciendo escapar la proclama de que sus días de imperio estallarán pronto.

Como Ave Fénix de sus cenizas renace para poseer de nuevo la tierra, germinando su seno con fuerza .

De mes de los muertos termina en mes de vida, apareciendo Marzo desnudo, palpitante y aterido.

Febrero es mágico, pues es transmutación, milagro triunfal, que revienta en las escarchas matutinas, exprimendo savia de esperanza.

La vida comienza en Febrero.

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