Sol abrasador que disuelve con sus rayos todo a su alcance, hiriendo la superficie terrosa, convirtiéndola en páramo desnudo y polvoriento.
La luz derrama sus tonos en todo lo tangible, esparciéndose en mil direcciones, haciendo que las
piedras tomen vida, reverberando, brillando con radiaciones diferentes, llenando el vacio del árido paisaje con pliegues danzantes de azules y ocres de diversas densidades, laberinto cromático que traslada a otra dimensión, espacio de magia, donde el hombre conecta con la Divinidad.
La luz derrama sus tonos en todo lo tangible, esparciéndose en mil direcciones, haciendo que las
piedras tomen vida, reverberando, brillando con radiaciones diferentes, llenando el vacio del árido paisaje con pliegues danzantes de azules y ocres de diversas densidades, laberinto cromático que traslada a otra dimensión, espacio de magia, donde el hombre conecta con la Divinidad.
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