El mes de mayo ha nacido olvidadizo de las templanzas que le tenemos asignadas. Cambia travieso su comportamiento, generando ilusión en el pensamiento por la sorpresa que aguarda.
Hoy hace un buen día, y como muchos otros nos proponemos buenas intenciones, trabajos que realizar y metas que conseguir, quizá remediar algún entuerto. Estamos repletos de grandes proyectos, pero…¡ Es que hay tantos inconvenientes que dificultan mis empresas! ¡La vida es bella y hay que disfrutarla! Tengo tiempo de sobra, no tengo medios, o también, mañana será otro día.
Así transcurre un día tras otro y no se hace nada, sólo lo requerido y suficiente. Las buenas intenciones ahí están, encerradas en el pensamiento, la acción no existe. La rutina, desidia y el que lo hagan otros, es lo comúnmente compartido.
Muchos proyectos colectivos se ven truncados por la pereza e inacción. No es suficiente saber que se puede, sino querer que se pueda, como dice la canción cuyo título ahora no recuerdo.
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