martes, 7 de junio de 2011

CUANDO EL PUEBLO CANTA

La palabra es el soporte rítmico del sonido que conecta con el espíritu. Este ritmo contiene la tensión del pensamiento, transmitiendo placidez, pavor, alegría o incertidumbre. Por eso el pueblo la comprende, siente y acepta, pues refleja la esencia común por todos poseída.

El poeta del pueblo relata las aventuras, anécdotas y acontecimientos, con este lenguaje cercano al pueblo, trascendente, emotivo y pasional, otras veces jocoso.  Son relatos compartidos y sentidos. Son sus historias con su lenguaje.

Los poetas cultos han abandonado este tipo de poesía, siendo el pueblo quien genera sus propios cantores, gloriosos continuadores de la lírica popular, milenaria y consustancial con el ser humano. Esta poesía se ve restringida a una continuación de modos y formas seculares, repetitivas y ripiosas. Algunas veces de mérito digno.

El poeta “culto” ha abandonado estos temas. Si los retoma conjuntaría la palabra rítmica, liberada, con el tema popular. García Lorca lo consiguió en sus últimos poemas.

La poesía vive, pero hay que recuperarla. El pueblo necesita la voz melodiosa y enervante del poeta, sentirse protagonista, comprender la función social de un poema. La poesía es necesaria.

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