Si nos fijamos, la presencia de la poesía en los diferentes medios de comunicación es nula, no importa nada la lírica realizada ni sus autores, sólo aparecen cuando ya han fallecido o acaso como participantes de una proclama, y estos últimos pocos y oficiales.
Respetables canosas figuras de la poesía se mantienen como iconos en un rincón oculto, y sagrado, de la cultura oficial. Sus nombres suenan a los que gusta esta actividad literaria, pero pocos los leen con asiduidad.
El pueblo vive de espaldas a la poesía, pues los poetas han sido encerrados en su torre de marfil. La poesía culta no transciende al pueblo, ha perdido su valor mágico y evocador, ya no emociona ni estimula, es sólo un reducto de un círculo de elegidos. Escasa savia corre por sus venas ¿ está muerta la poesía?
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