Autor: Manuel Rodríguez. Título: Raíces granadinas. Lugar: Casa de los Pisa. Fecha: Hasta el 30 de junio.
La pintura es un excelente vehículo de reflexión y transmisión de ideas, supera a la grafía alfabética en contenido, fija imágenes y expresa sentimientos.
La obra mostrada por Manuel Rodríguez cumple muy bien esta función, pues describe sus inquietudes religiosas y sociales, con fuerza y rotunda expresión, que permite sean “leídas” de forma fácil. Constituye las piezas presentes en esta exposición un discurso existencial del pintor, que hace partícipe a quien las contempla.
He visto otras exposiciones de M.Rodríguez, donde el dorado refulgente explota en la mirada, describiendo los rincones de Granada, su luz y magia. Es por lo que el artista muestra en esta propuesta su variada capacidad de expresión, desarrollando un dibujo de intencionalidad ingenua, porque es el mejor medio de transmitir un mensaje de máxima acogida, como también constituye una vía cándida para mostrar otra realidad limpia, que se esconde tras aquella de tonalidades espesas, que oculta las claridades del universo trascendente, solo descubierta a través de las aberturas del contorno que rompe la imagen cotidiana, para descubrir otras posibilidades como alternativa a la existencia.
Es de destacar en esta exposición la capacidad comunicativa, y la conjunción cromática equilibrada, en cada una de las piezas que presenta este pintor granadino. Su obra es laboriosa, barroca, que se desenvuelve con elementos surrealistas, a través de ventanas dalinianas, desarrollando un dibujo de trazos libres, simple e inocente, pero con un complejo colorido de poderoso impacto, cuyo resultado no es una fuerza cromática agobiante, sino de combinación elegante y agradable. Gustan sus cuadros por el color que los configura, que emite radiaciones en las cuales viaja el discurso moral que mueve su trabajo pictórico.
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