lunes, 19 de septiembre de 2011

REGRESO A TIERRA BALDÍA: TIEMPO DE MAGIA Y ESPERANZA III

CAPTANDO LA LUZ
Paco Caballero en Cartel. Primavera 2004

La luz sigue marcando su impronta, el lienzo es testigo de su paso. En constante combate con la oscuridad desvela las formas, descubriendo los contornos a la mirada.
El fulgor de su brillo inunda el espacio todo, creando un escenario mágico y soñado donde el ánimo pierde su coraza externa, mostrando su auténtica faz, preso de la ilusión contemplada, amanecer áureo o atardecer plácido que seduce el instante vivido, invitando a la fantasía.
Paco Caballero elabora una obra original, donde el cálido dorado esparce su fuerza para convertirse en protagonista y motivo central de cada uno de sus cuadros.
Atrapa la luz y explora sus múltiples posibilidades, gracias a un diálogo intenso con la oscuridad, cuyo contraste genera espejismos de vivencias donde la felicidad rompe bravía sus olas en el sentimiento.
Todo es ilusión, es lo que nos transmite Paco Caballero en su obra, pues la confrontación entre la luz y manchas oscuras se traducen en espacios sugeridos que conectan con el espectador. El pintor posee un concepto claro de cómo hay que desarrollar su trabajo, plasmando las vibraciones luminosas en cada pieza que trabaja, jugando con las impresiones que suscita al contemplar sus composiciones. Explora técnicas de dicción pictórica singulares, donde la capacidad de expresión es difícil desarrollarla, pero su espíritu poético conjuga dorados con el fondo negro hasta mostrar paisajes ensoñados, esencias de momentos gozosos donde la Naturaleza estalla en ráfagas de belleza. Otras veces juega con la cálida luz, que se desenvuelve por el espacio acotado de la pieza, reclamando auténtica existencia.
Paco Caballero, consigue describir el resplandor que explota en recuerdos nostálgicos con simplicidad de tonalidades y economía cromática, utilizando un lenguaje plástico de alta calidad, poderoso hallazgo del pintor.
Sugerente exposición, es la que nos presenta Paco Caballero.

PAISAJES PERDIDOS
Pere Pons y Pilar Jódar en la Galería Cidi Hiaya.Primavera 2004

Dos artistas trabajan para salvar la Granada tradicional del recuerdo. Mediante su obra plasman las imágenes que aparecen en postales y dibujos del pasado, recuerdos descritos en distintas formas de expresión, más lo que su fantasía traduce cuando miran sus calles y plazas.
Sus composiciones rescatan del olvido escenarios casi borrados de la faz de la ciudad, añoranzas expresadas en sus obras. Pere Pons y Pilar Jódar describen en oleos y aguafuertes una ciudad inmersa en una atmósfera estática, somnolienta, complaciente con su pasado, serena e indolente. Aromas de épocas fenecidas se sugieren en cada una de las piezas. Ambos prosiguen en la búsqueda de mejorar la dicción plástica en los grabados que realizan, indagando en mezclas de tintas, en la utilización de materiales nuevos, para conseguir construir piezas que agraden e inciten el recuerdo, potenciando la reflexión sobre las formas de vida ya perdidas que generan nostalgias de tiempos dorados, donde el ser humano poseía una realidad reflejo de sus necesidades.
Tiempos apacibles, donde la importancia de la técnica era ajena a la realidad de sus apetencias.
Pere Pons y Pilar Jódar relatan estas ideas en cada una de sus composiciones, ambos son maestros del grabado, demostrando buenas formas en la pintura.
Pilar Jódar enseña rasgos interesantes en las obras que ofrecen, las cuales presentan una fuerza y nervio que amplifican el mensaje contenido en ellas. La geometría predomina en el dibujo, el tamiz de sus imágenes compone un ambiente acogedor.
Pere Pons es más barroco, poético, suave y melodioso, dominador de la técnica del aguafuerte, referencia para todos.
Agradable exposición para visitar es la que ofrece la galería Cidi Hiaya.


TRES AUTORES ANDALUCES

Gerardo Delgado, Ignacio Tovar y Alfonso Albacete en la galería Rprsntación
Primavera 2004

Exposición colectiva en la galería Rprstación de tres autores que parten de unas coordenadas pictóricas comunes, expresando de forma distinta su concepto de cómo entender la creación plástica. Acostumbrados a presenciar exposiciones de marcado estilo rancio en la mayoría de las veces durante los últimos tiempos en esta ciudad, parece en principio interesante. El tono artístico presente en las obras expuestas es aceptable, aunque parte de las expectativas se desvanecen tras visitar la galería. Buena técnica, elaboración muy trabajada y desarrollo del concepto plasmado interesante. Estas son las cualidades que a primera vista presentan. De los tres he de destacar la obra de Ignacio Tovar, es sugerente y armoniosa, no descubre tampoco nada nuevo, pero describe la melodía que recorre el pulso rítmico de la existencia, en notas que transcurren en sinuosidades rotundas, impresas en los cuadros con soltura y elegancia. Comunica con simplicidad aparente de medios, posee claridad de ideas sobre lo que quiere expresar, en piezas donde el color es el soporte que lanza las curvaturas que transcurren en su espacio hacia la impresión del espectador. Conoce su oficio.
Alfonso Albacete elabora una obra original, que nace con fuerza y se desvanece en la mirada, música inconsistente que se queda en impulso inicial, que se pierde al terminar de resolver la construcción de la pieza pensada. Callo.
Gerardo Delgado presenta composiciones de dicción precisa, limpia y equilibrada, a veces me recuerda algunas creaciones de Brazam, pero va más allá, explora las posibilidades de la geometría jugando entre proponer laberintos imposibles, matemáticas representadas en el lienzo o descripción armónica de ideas, ejercicio plástico que describe la serena complejidad que anida en el interior y circunstancias externas del ser que crea. Aunque recuerda obras clásicas de finales del siglo XX, muestras rasgos de interés que preludian trabajos de entidad superior.
Esta galería presenta un conjunto pictórico digno de contemplar, para comprender y conocer mejor la cimentación que sustenta la arquitectura intelectual de la vanguardia plástica actual.


CONFIGURACIONES DE J.V
Juan Vida en el Centro Cultural Gran Capitán. Primavera 2004

Juan Vida ha presentado una obra de elevada calidad artística, bella en cuanto a la combinación cromática, inquietante en los escenarios pintados y profunda por el mensaje que esconde.
Imágenes que comunican creencias vitales, que guían la existencia del pintor. Se suceden y entremezclan, recorren vivencias, aspiraciones, ilusiones y espiritualidad. Se combinan todas en realidades cotidianas, simbólicas, terriblemente solitarias, oprimidas por un pesado silencio que se percibe al contemplarlas. Ideas plasmadas por el pintor, en áureas composiciones, brillantes, puras y resplandecientes, que las convierten en pensamientos transcritos al lienzo.
Imágenes que suceden rápidas, enlazadas, que tras el caos aparente descifran los misterios de la existencia. El autor nos las relata de forma desenfadada a veces, pero en muchas de sus piezas se traduce una angustia intensa, miedo, espiritualidad, búsqueda por el significado final, humildad y sumisión, reflejando una humanidad poderosa en cada pieza.
La creación, la tragedia de la vida, resignación de los seres a las reglas de la Naturaleza, esperanza que se resume en la mirada de la inocencia de un niño, el poder
de la madre, Naturaleza viviente, guardiana de la existencia. Recuerdos de la adolescencia, dura etapa en la cual se descubre la realidad circundante, tiempo que
pasa, nostalgias que se agolpan, escalones hacia la búsqueda de la última imagen, que será desnuda y sobria, brillantes amenazados de azules lúgubres, lucha y supervivencia, triunfo final de la vida, son el hilo conductor de su producción plástica.
Juan Vida muestra una sólida obra, muy trabajada conceptualmente, de poderosa trama compositiva, magistralmente expresada, reflexión visual del artista, desenfadada superficialmente y de trágica comprensión, inquieta. Suscita pavor las soledades pintadas, encuentros con uno mismo, sólo existe lo que se percibe. Pensamientos, recuerdos, pasiones y creencias plasmadas en los lienzos.
Esta exposición es una genial exposición de ideas en las piezas mostradas, comunica con el espectador y ofrece una obra de profundo simbolismo que enriquece a quien la observa. Juan Vida se asienta aún más en su maestría pictórica, ofreciendo un trabajo metafísico, que se expresan en las piezas pintadas.

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