"Dioses que poseéis el dominio sobre las almas, sombras silenciosas, Caos y Flegetonte, hacer que yo pueda repetir lo que he oído y que con vuestra anuencia pueda desvelar los misterios ocultos en las profundas tinieblas de la tierra.“
Eneida. Virgilio
Los almendros han sido seducidos por la aparente bonanza que el clima muestra. Primavera a cero, invierno soleado parco en lluvias. Todo es luz amable, entre gélidas oscuridades de inflamadas ascuas.
Pero el rey Helor pronto vendrá con su guadaña, para recoger aquello que es suyo, despojando de su blanco vestido a los almendros ateridos. Las imágenes son engañosas, estamos en el imperio del monarca de cristalino aliento. Bravo surge del norte, mostrando su auténtica faz.
Tiempos confusos, tiempos aún oscuros, tiempos de reposo y adviento, tiempo de poetas. Ellos son los depositarios de la fe en el cambio venidero, que consiga transformar la ruda realidad en campo fértil de creación brillantes, haciendo soñar a los creyentes en el hogar de la lumbre, que mantiene el fuego primario de la revelación. Los héroes son cantados, sus gestas descritas y las horas de esperanzas cumplidas. Los poetas comulgan con el ritmo íntimo del cosmos, se entregan al oleaje que su armonía genera, se sumergen en su sintonía e interpreta la música de los latidos de la Creación. Impregnan con su optimismo y musicalidad a los artistas plásticos, que dejarán composiciones impresas con grafías interpretadas por el sentimiento.
El poeta canta el mito, anuncia la edad de oro, describe los signos del entorno anunciadores de épocas venideras. Escuchan el canto de los pájaros, el lenguaje del agua que transcurre, los susurros del viento, el color del cielo, las formas de las nubes, el esplendor de las flores, la sencillez del objeto olvidado, las impregnaciones de los edificios, los sonidos del silencio, la letanía oculta tras los pliegues de la realidad, el dictado del corazón. La originalidad creadora renacerá si es invocada, si se cree en ella, viviendo en cada uno de los que la añoran. Esa es la misión del poeta, mantener viva la llama, propagarla e iniciar el movimiento incendiario que transforme la realidad toda, consiguiendo que la inocencia en el arte tome asiento. Entonces Tiresias hablará.
Mientras tanto se crea, trabaja y recita en cada composición los tiempos venideros. ¿Comprende el lector la trama utilizada para describir el panorama artístico en Granada?
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