El Cabo está coronado por el Faro, en un montículo descarnado, azotado por los vientos, el mar y la cadencia del tiempo apagado, monótono y predecible, en medio de un festival lumínico.El Cabo está coronado por el Faro, en un montículo descarnado, azotado por los vientos, el mar y la cadencia del tiempo apagado, monótono y predecible, en medio de un festival lumínico.
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