Autor: Manuel Pérez Molina. Lugar: Sala de exposiciones Gran Capitán. Fecha: Noviembre de 2010.
La pintura aquí expuesta es sencilla, alegre, de mirada inocente y fuerza dorada, oro que resplandece y empapa el rectángulo enmarcado con su presencia.
La luz es la protagonista, en emotiva plenitud de los instantes cotidianos vividos. Todo es luz, todo es vida, parece decirnos el pintor, estando en su contemplación atrapado por el sentimiento de felicidad. Pieza tras pieza, van dejando un poso de fuerza dorada en la retina, embriagando el sentido hasta conseguir que pueda entenderse la razón que impulsa la obra del pintor: la luz es nuestra razón de ser.
Manuel Pérez Molina expone estas sensaciones con fácil oficio, libertad de trazos y soltura en la estructuración cromática en cada pieza. Posee fuerza sensitiva que trasmite con pasión su concepto de realidad, pues en ella la Luz es la esencia misma de la vida. Consigue elaborar obras de densa composición, para contener el instante mágico atrapado en cada uno de sus cuadros, cuando la luz indolente no se ha percatado de la conquista de una porción dorada de su seno, por parte de la sabia mano artística del pintor.
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