El mar siempre es el protagonista, es el barítono que constantemente canta su aria, haciendo patente su dominio y presencia, pues todo es fugaz, y su presencia eterna. Mar de encuentro, también puerta de peligros y comunicación, vida, relación, fantasías, magia visible, eternidad hecha imagen, grandiosidad visual que anula el yo, haciendo que se comulgue con el Universo, disolución absoluta hacia la sustancia primigenia; pasión que descompone la persona, atraído por la Belleza que el reflejo del las radiaciones lumínicas genera. Belleza en estado puro, dinámica y única cada momento que transcurre.
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